No deja de ser notable que en los dibujos de multitudes, Ibáñez destaque por la inclusión de masas humanas en actitudes de extremo movimiento. Tal es el caso de los que se pelean por conseguir un refrigerio en el Bar Tolo, o los que huyen de la boca del "Metro", que parece ser un verdadero horno. En sus series fijas, sobre todo en Mortadelo y Filemón, Ibáñez ha incluido escenas de multitudes agitadas en distintas ocasiones.
Algunos de los gags visuales de esta página temática son realmente ingeniosos, como el de la momia huyendo del museo egipcio, abanico en mano, o el de la cera derretida que sale de la fábrica de cera, arrastrando consigo a los viandantes. Pero no todo el mundo lo está pasando mal en esa vía urbana: hay ciudadanos felices por el hecho de llevar un trozo de hielo en la cabeza, bañarse en un charco, colgar su hamaca en una farola pública o inundar su piso en busca de frescor. Estos individuos transmiten un optimismo que contrasta con las actitudes dolientes de la mayoría de los personajes de la escena.
Si bien este representante de la picaresca española más castiza está haciendo su agosto (nunca mejor dicho), el heladero de al lado sufre su competencia desleal, ya que el rucio que acompaña al rútico está metiendo el hocico en su mostrador.
La representación del asno resulta especialmente simpática, y el estilo de dibujo de la época le sienta de maravilla al borrico. No es este el único ejemplo de la pericia de Ibáñez a la hora de retratar animales. Además de los perros callejeros, destacan los gatos de la ilustración, tanto el que huye del "Metro" como el que desfallece en medio de la calle.
En líneas generales, podemos decir que Ibáñez hace gala de muchas otras virtudes en la presente página. Así, a la limpieza y elegancia de un trazo ya plenamente seguro de raíces vazquianas, hay que sumarle un enorme dinamismo y expresividad, junto con un notable sentido de la composición que combina la armonía con el horror vacui que siempre ha marcado la obra del dibujante.
Espero que su contemplación no les haya acalorado mucho, amigos.