Como nos indicó hace algunos días el autor de
El rincón delTaradete, la sección
¡Para ti, que eres joven!, una de las más celebradas del
semanario satírico
El Jueves, escogió como temática para el número 1832 a
Mortadelo y Filemón. Para los que no
pudieran leerlo, hacemos un repaso del citado homenaje dedicado por
Manel
Fontdevila y
Monteys.
En
primer lugar, los autores se refieren, con mucha ironía, al segundo tebeo más
conocido, divertido, vendido e importante de nuestro país (por detrás de Para
ti, que eres joven), es decir, a Mortadelo y Filemón. Los dibujantes destacan
su vigencia durante tanto tiempo y lo citan como fuente de inspiración para
futuros dibujantes de tebeos, como se ve
en la siguiente ilustración (nótese la referencia al clásico Contra el “gang”
del Chicharrón-1969-).
Destaca
la reivindicación de Ibáñez como punto de partida de una afición que,
transcurridos los años, se achaca, en un alarde de esnobismo, a la influencia
de Tintín o el cómic clásico americano. Con la retranca que los caracteriza,
Fontdevila y Monteys se burlan de la fecundidad creativa de Ibáñez, que nada
sabe de los métodos académicos de creación de un cómic: en el tiempo en el que
el dibujante novato aboceta su guion y estudia los personajes, Ibáñez ya ha
dibujado otro álbum entero.
Hablan
también de la magia que tienen los personajes de papel, quienes (al igual que
otros como Astérix) tienen más vida en el tebeo que en la pantalla del cine.
Ironizan, igualmente, sobre la capacidad de convocatoria del maestro en las
firmas de los salones o ferias del libro. Posteriormente, se plantean el
secreto del éxito, apartado sobre el que incidirán en la última sección.
El
siguiente punto es una jocosa descripción de los cinco protagonistas:
Mortadelo, Filemón, Ofelia, Bacterio y el Súper (en el diálogo de este último
se incluye una mención al mítico Chapeau “el esmirriau”- 1971-). Hilarante
resulta la tira “Mortadelo y Filemón ¡Hard boiled!”, con unos agentes de aire hollywoodiense que cometen una de sus típicas pifias, aunque
de manera bastante más sangrienta y explícita que en sus cómics.
La
mejor sección es la última, en la que los autores se plantean el secreto del
éxito de Mortadelo y Filemón. Entre las razones que aducen están: los
disfraces, el lenguaje, las olimpiadas y los mundiales, la persecución
final… Mención especial merecen algunas
como el predominio de la acción, donde destacan el uso de grandes onomatopeyas
por parte de Ibáñez ( nosotros creemos que en realidad el autor no abusa tanto
de ellas, pero bueno), el recurso de la actualidad y los pareados, donde
Fontdevilla y Monteys nos dejan joyas como:
“Jopé,
ahora manda el pepé”
“Dile a
tu prima que no vaya a Fukushima”
“Me pica el Orcate, será que
viene un rescate”
“Mortadelo,
su alopecia, y el descalabro de Grecia”.
Estos
ejemplos, además de ser desternillantes, nos demuestran que los autores están
al tanto de los últimos álbumes de Ibáñez, ya que aunque los pareados no es
nada nuevo en el autor, el hecho de usarlos con asuntos de actualidad, se ha
intensificado en los últimos años: El
dopaje…¡Qué potaje! (2006), Gasolina…¡La ruina! (2008), ¡Por Isis, llegó la
crisis! (2009) o Chernobil…¡qué cuchitril! (2010). Divertidísima es también la
caracterización que los autores hacen de “los malos”, “de nombres absurdos hablando de sus planes
en voz alta por la calle”. Tampoco desaprovechan la ocasión para ironizar sobre
los manidos recursos de guion utilizados por Ibáñez, del tipo “voy a poner una
bomba…de agua”.
Este ha
sido, a grandes rasgos, el resumen de la sección que los autores dedicaron a
Mortadelo y Filemón. Solamente echamos de menos alguna dedicatoria al maestro
Ibáñez, aunque suponemos que si no aparece es porque ya va implícita en las dos
páginas de historieta. El hecho de que Fontdevila y Monteys se centren
exclusivamente en una obra concreta , Mortadelo y Filemón, para rellenar su
sección semanal nos puede dar una idea de la repercusión y calado popular de
dicha obra, de hasta qué punto se considera que el tema que tratan va a ser
fácilmente reconocible para los lectores, pues la inmensa mayoría de ellos ha
leído Mortadelo en alguna ocasión.
Por
último, queremos destacar la jocosa viñeta inicial en la que ambos autores reivindican
“¡Viva Superlópez!”, pues como ellos mismos apuntan, “una cosa no quita la
otra”. Este último comentario, dedicado para aquellos que siempre tratan de
hacernos escoger entre varias series distintas…¿Para qué elegir, cuando podemos
quedarnos con todas?
Saludos, lectores.