Casi en las vísperas del 27º Salón del Cómic de Barcelona, queremos recordar el homenaje que a Francisco Ibáñez hicieron desde la revista Mala Impresión, allá por 1998. La publicación, con firmas jóvenes y variadas, logró páginas más que chispeantes, provistas de un inteligente y desenfadado sentido del humor y, como buenos humoristas, supieron reconocer al que fue el maestro y espejo de muchos en su artículo (combinado de veras y burlas) "Francisco Ibáñez y Olé, que guapo estaba en el Saló".
La siguiente ilustración, realizada por PEPE, supone un tributo a la enorme paciencia del decano Ibáñez, que triunfó nuevamente con sus interminables colas de firmas:
El texto que lo acompañaba rezaba así:
Mucho cómic, mucha contracultura y mucha polla, pero al final, el que triunfa siempre es el que nos ha hecho reír a un montón de generaciones [...l]
Zipi y Zape, Carpanta, Petra y tantos otros geniales personajes nacidos del lápiz de Francisco Vázquez Escobar, alias Raf, deben estar orgullosos de cómo la gente trata a su autor. Colas kilométricas, de al menos cinco personas, aguardaban impacientes, entre bostezos de aburrimiento el momento de conocer al genial Stan Lee, pero como estaba fuera desaguando, se fueron a conocer al también genial, y también calvo (pero sin peluquín) Francisco Ibáñez Serrador, el de Cañas y Barro, ya saben.
El genial (¿lo habíamos dicho ya?) Ibáñez se dedicó a firmar más de tres álbumes de su personaje más famoso, ese inmortal botones que a tantos nos ha hecho reír: Spirou. Sí, también firmó unos cuantos de ese otro inmortal personaje que se ha hecho un hueco en nuestros corazones, que todos tienen en su memoria en todo momento, el archiconocidísimo...este...¿cómo se llamaba ese tipo? Sí, ese tipo de las gafas, vestido de negro, un pelín calvo...¿no les suena? A mí, un pelín [...]
Con este simpático artículo glosaron los amigos de Mala Impresión el paso de nuestro autor favorito por el Salón. No contentos con ello, elaboraron dos listas con lo más "in" o "out" del mismo, situando en primer lugar de lo "in" el hecho de que Ibáñez siguiera formando colas kilométricas para firmar sus álbumes.
Como admiradores de Ibáñez y su obra, agradecemos al equipo de Mala Impresión este tributo al maestro.