Hoy recordaremos con ustedes, queridos lectores, el nº 100 de Super Mortadelo, ya en la época de Ediciones B, publicado en 1992.
Se trata de un ejemplar especial, bastante completo,en el que algunos de los autores dan lo mejor de sí y en el que campan a sus anchas las autorreferencias, bromas privadas y alusiones, para regocijo del lector.
Destaca la portada de Ibáñez, muy trabajada, en la que el dibujante recurre a la socorrida visión de una editorial en la que no cabe nadie, en esta ocasión a causa de los gigantescos dígitos del número 100. Sobresale la caricatura de Miguel Pellicer, retratado por Ibáñez de manera un tanto escatológica.
Precisamente, la historieta de el autor estrella no tiene que ver, como solía ocurrir en esta publicación, con el tema general de la misma. Lo disculpa el hecho de que se inicie aquí una de las historietas más simpáticas del periodo,
El Racista. De entre las aportaciones del resto de autores, destaca la sección "
Grandes temas del Súper", realizada por
Ramis, en la que se repasan algunos de los motivos temáticos que han compartido los dibujantes de la revista en anteriores números de la misma.
Sobresale la caricatura que el autor de Sporty hace del Superintendente de la TIA, como complemento a la página.
Del mismo dibujante es la sección "¿Cómo se hace esta revista?", en la que Ramis dedica bromas privadas a miembros de la redacción como Francisco Sánchez o Miguel Pellicer. A la vez que parodia su propia premura a la hora de realizar y dibujar las páginas. Tampoco falta una visión cínica de la figura de Ibáñez en la que el editor se queja de que al famoso dibujante le haya tocado la primitiva y que, por tanto, no dibujará más páginas de sus personajes. Este chiste apoya la imagen materialista que Ibáñez ha forjado de sí mismo en numerosas autoparodias a lo largo de su carrrera.
Del mismo autor, Ramis, es también un simpático juego de la oca en el que las casillas están ocupadas por los personajes habituales de a publicación. La sección "Alegría centenaria" es el clásico compendio de chistes de José Royo, esta vez dedicados a glosar las excelencias de la revista.
La principal aportación de Cera es una historieta de Pafman titulada: Objetivo: ¡el número 100!, que interrumpe la serialización de la ya mítica "El caso de las gafas churrifocales". Tampoco faltan aquí las bromas privadas, entre las que destaca la figura de Francisco Sánchez azotando sin piedad a pobres dibujantes como Ramis, Ibáñez y el propio Cera.
Además de estas historietas alusivas, tampoco faltan personajes habituales y de tanta calidad como Gil Pupila, Leonardo, el Pequeño Spirou, Mujeres de blanco, Timoteo O.Wang y Tinieblo Lalosa, entre otros, que complementan magistralemente el glosario de esta gran revista.
De lo anteriormente reseñado, se puede deducir que, sin duda, algunos de los principales acicates de esta publicación a principios de los noventa fueron Cera , que destaca con sus historietas de un Pafman en estado de gracia, y Ramis, con sus especiales temáticos, que actúa verdaderamente como "chico para todo" de la revista, demostrando una capacidad para generar gags realmente envidiable.
Nos despedimos esta semana esperando que la información haya sido interesante para quienes no conocían este ejemplar, así como para aquellos que han podido recordarlo.
Dedicamos esta entrada al amigo El Viejo, sin cuyo material no hubiera sido posible.