Proponemos hoy una posible clasificación de las aventuras de Mortadelo y Filemón según el tipo de misiones que tengan que realizar. Evidentemente, dicha clasificación no será ni la única, ni la mejor, simplemente la mía. Es decir, que será un placer leer en sus comentarios aquello con lo que estén o no estén de acuerdo. Al fin y al cabo, toda clasificación es subjetiva, y más cuando en no pocas ocasiones los álbumes incluidos en un apartado bien podrían estar en otro o en otros. Pongamos un ejemplo: Los cacharros majaretas ha sido incluido en el apartado de “Misiones con transportes”, aunque bien podría haberse considerado uno más de “Inventos del Bacterio”.
Sugerimos, pues, la siguiente posibilidad de clasificación de las misiones de Mortadelo y Filemón:
-) Detener a una banda de maleantes. Se incluyen en este apartado Contra el gang del Chicharrón o La banda de los guiris, como claros representantes. Añadimos, además, El caso del bacalao, aunque esta es una historieta sui generis que se resiste a la clasificación. Justificamos su inclusión argumentando el peso que tiene la banda enemiga y la progresiva detención de sus miembros en los últimos capítulos. También Los monstruos y 100 años de cómic presentan la estructura episódica de la captura de sucesivos villanos (recordamos que en el primer caso no se trata de monstruos de verdad). Aunque no se trate de una banda de delincuentes, también en Los que volvieron de allá encontramos la estructura episódica que narra la detención de varios villanos.
-) Servicio de protección. Son varias las historietas en que nuestros agentes han de proteger a quienes se les haya encomendando, bien un solo individuo (Los guardaespaldas, Testigo de cargo, El preboste de seguridad, ¡A por el niño!...), bien a un grupo de personas (Los secuestradores, El caso de los señores pequeñitos, Las embajadas chifladas, Maastrich…¡Jesús!, El jurado popular, El trastomóvil, De los 80 p´arriba, El ordenador…¡Qué horror!). En ocasiones, el protegido puede ser un animal, como en La perra de las galaxias (sí, sí, la que Mortadelo debía proteger “como si fuera su madre”) o incluso un monumento , como en La estatua de la libertad. Aunque luego la misión transcurra por otros derroteros, recordamos que el punto de partida de La sirenita era proteger al Bacterio en su viaje a Dinamarca.
-) ¡Al rescate! Relacionado con lo anterior, encontramos las historietas que consisten en liberar prisioneros, como El rescate botarate o ¡Rapto tremendo!, donde han de salvar al mismísimo Ibáñez.
-) Esos animalitos. Otro tipo de misión característica de nuestros agentes consiste en capturar o cuidar de ciertos animalitos encantadores, como ocurre en Safari callejero, Pánico en el zoo, La brigada bichera, Armas con bicho, Animalada o Mascotas. Hay veces en que los distintos episodios recogen distintas razas del mismo animal, como Misión de perros. También incluimos en este apartado Dinosaurios, en la que nuestros agentes se las han de ver en cada capítulo con un animal prehistórico diferente.
-) Medios de transporte. Los vehículos más dispares padecerán a nuestros protagonistas en Los cacharros majaretas, Ladrones de coches o El cochecito leré, con catastróficos resultados.
-) Super villanos. En ocasiones, nuestros agentes encontrarán la horma de su zapato en unos villanos carismáticos que los tendrán en jaque durante 44 páginas. Algunos de ellos tienen propiedades o cualidades extraordinarias, como ocurre en Chapeau “El Esmirriau”, Magín “El Mago”, El elixir de la vida (con su inolvidable Von Nasen), El brujo, El vacilón, El señor Probeta, El señor Todoquisque… Otros serán más vulgares, pero no por ello menos peligrosos, como los que encontramos en Corrupción a magollón o El kamikaze Regúlez. Existe una subdivisión en este apartado donde incluiremos aquellos villanos de los que Mortadelo y Filemón se tienen que hacer “compadres” para ganarse su confianza y poder detenerlos: Objetivo: eliminar al “Rana”, Billy “El Horrendo”, El tirano, El señor de los ladrillos… En cierta ocasión el villano que dio dolores de cabeza a los agentes fue el mismísimo profesor Bacterio, que descubrió su lado más oscuro en El otro “yo” del profesor Bacterio. Aunque apenas haga acto de presencia, Hortensio el “Cataplines” motivará una persecución durante todo un álbum en Clínicas antibirria.
-)Evitar sabotaje. Nuestros hombres deberán cuidar de que no se produzca ningún altercado en eventos y lugares diversos, como los que vemos en Bye, bye, Hong Kong, La vuelta, Fórmula 1, Parque de atracciones, El UVA, Eurobasket 2007 y en todas las aventuras de la subserie de los mundiales de fútbol y de las olimpiadas.
-) Contra los alienígenas. La Tierra está a salvo, pues contamos con Mortadelo y Filemón para derrotar a los alienígenas, como ocurre en Los invasores o Expediente J… También en alguna otra que, por razones que ya explicaremos, hemos incluido en otro apartado.
-) Los pacificadores. Mortadelo y Filemón también se han encargado de garantizar la paz y la democracia en diversas zonas del planeta. Véase cuando lucharon a favor de Percebelandia en Los mercenarios, vigilaron la transición democrática durante La Gomeztroika, lucharon contra la injusticia en La crisis del Golfo y llevaron la paz al este de Europa en Chernobil…¡Qué cuchitril!
-) Asuntos de estado. Pero todo no va a ser ocuparse del extranjero ese y del espacio sideral. Hay graves problemas nacionales que nuestros agentes deben resolver: Los chanchullos que se observan en El SOE, las escuchas a los mandatarios en El pinchazo telefónico, el chantaje al gobierno en Desastre, las protestas de ecologistas en Los verdes, la problemática de los Okupas, las medidas del gobierno para garantizar La rehabilitación esa de los presos, las medidas antitabaco en Prohibido fumar, las irregularidades en torno al Carné al punto, las medidas anti-crisis en Por Isis, llegó la crisis, o los estragos de La gripe U.
- Las terribles oleadas. En ocasiones, el mal endémico del país llega en forma de oleadas de crímenes de distinta calaña, como se observa en aventuras como Soborno, Los gamberros, Contrabando, Los bomberos, Secuestro aéreo, Terroristas, El premio No-Vel, El atasco de influencias, La ruta del Yerbajo, Timazo al canto, Robots bestiajos, El disfraz, cosa falaz, La prensa cardiovascular, Esos kilitos malditos, Llegó el Euro, Los Vikingos, El potaje…¡Qué dopaje!, Gasolina…¡La ruina!... En todos estos álbumes vemos cómo se extienden por la nación oleadas de timos, bombas, secuestros, intercambios de contrabando, tráfico de drogas, enchufes políticos, falsificación de billetes, calumnias en la prensa, trampas deportivas, etc. Estas rachas de crímenes ha llevado a la TIA a crear cuerpos específicos como La gente de Vicente.
-) Buscar una serie de objetos. Constituye uno de los esquemas más típicos de Mortadelo y Filemón, especialmente en la década de los 70. Destacan aventuras como La caja de diez cerrojos, A la caza del cuadro, El plano de Ali-Gusa-NO, El caso del calcetín, Operación bomba, Los diamantes de la gran Duquesa o En Alemania.
-) Buscar un objeto único. En otras ocasiones, los agentes han de encontrar no diversos objetos, sino uno solo que, a modo de Mac Guffin , justifique su presencia en un escenario concreto,bien sea Bestiolandia en El antídoto, el contrabando en El circo, el explosivo en Lo que el viento se dejó o El balón catastrófico, que los mantiene durante toda la aventura de un lado para otro. También en Valor…¡Y al toro!, un microfilm lleva a nuestros agentes a uno de sus más afortunados periplos. Del mismo modo, La gallina de los huevos de oro tuvo en jaque a Mortadelo y Filemón durante un álbum entero, hasta que dieron con ella.
-) Inventos robados. Algunas veces el objeto en cuestión es un invento del profesor Bacterio que ha sido robado y utilizado para el mal. Tal es el caso de El sulfato atómico, La elasticina, La máquina de copiar gente, La tergiversicina, Las vacas chaladas o Nuestro antepasado, el mico.
-) Probar una serie de inventos. Por desgracia para Mortadelo y su jefe, no todos los inventos del Bacterio son robados, por lo que son frecuentes las misiones en que ellos deben ser los conejillos de indias. Esto ocurre en Los inventos del profesor Bacterio, Los superpoderes, El huerto siniestro, Va la TIA y se pone al día, Los espantajomanes y El óscar del moro. Aunque no sea el Bacterio el inventor en cuestión, la historieta A las armas sigue el mismo esquema.
-)Probar un único invento. A veces, la trama no exige que sean varios, sino un único invento del Bacterio el que hay que probar, como ocurre en La máquina del cambiazo, La maldita maquinita, El estropicio meteorológico y en Mortadelo de la Mancha, en el que un artefacto del inventor detona una acción que nada tiene que ver con el inicio de la aventura.
-) Viajes en el tiempo. Sí, también relacionados con los inventos del sabio barbudo tenemos tres aventuras en las que los personajes viajan por otras épocas, como son El quinto centenario, Siglo XX…¡Qué progreso! y El dos de mayo. Un planteamiento análogo, aunque esta vez el recorrido por el siglo XX se hace a través de los mitos del cine, plantea ¡Silencio, se rueda!.
-) Viajes por el espacio. Y si nuestros agentes pueden viajar a través del tiempo, ¿por qué no por el espacio? Esto se aprecia en la notable trilogía compuesta por El cacao espacial, La Mier y ¡En la luna!
-) Asuntos internos. Algunas misiones tienen que ver con el funcionamiento interno y organización de la TIA. Destacan en este apartado los intentos del Súper por renovar el personal en Concurso-Oposición, las ambiciones por prosperar en El ascenso, el afán de quedar bien ante organismos internos (El inspector general, ¡Y van 50 tacos!) o externos ( El nuevo “Cate”), la necesidad de lavar la propia imagen gracias a Misión: Triunfo y al film que da pie a El estrellato, los intentos de ahorro en ¡A reciclar se ha dicho!, etc. Destacan también los momentos de tensión en que los agentes se agreden unos a otros , queriendo o sin querer (El transformador metabólico, Kilociclos asesinos, Las tacillas volantes) o desconfían de quien tienen al lado (Hay un traidor en la TIA). Veremos cómo los agentes disponen hasta de un profeta propio que adivina el futuro de los miembros de la TIA (El profeta Jeremías) o cómo se las han de ver con un directivo no demasiado ortodoxo (El racista). Asistimos también a los programas de entrenamiento para desarrollar la solidaridad entre agentes, como se ve en El ángel de la guarda. Y esta solidaridad les hará falta para cuando se tengan que enfrentar a enemigos comunes como en Pesadillaaa… o en Bajo el bramido del trueno, donde la TIA se verá “invadida” por personajes muy particulares. Pero no todo es trabajar, hombre… y también en nuestra organización hay sitio para organizar una fiesta, algo que se aprecia en El gran sarao, una de las misiones más frívolas e intrascendentes jamás encomendadas a nuestros agentes.
-) Al servicio del Súper. Al margen de las misiones realizadas para la organización, en ocasiones Mortadelo y Filemón se ven obligados (habría que ver si tienen la obligación real, por contrato) de atender al Súper en cuestiones que podríamos llamar personales. Véase su lucha por su recuperación en La maldición gitana, las vicisitudes que pasaron para entregar a su cuñado la llave del baño en 20000 leguas de viaje sibilino, sus intentos de lavar su imagen pública, teniendo en contra incluso al director general, en Impeachment. La más dudosa de estas labores fue la colaboración en la carrera política de su superior en El candidato.
-) Esto es algo personal. Son dos las misiones que tocaron directamente la fibra de Mortadelo y Filemón: una, el secuestro de sus parientes en Los sobrinetes; y otra la necesidad de salvar el pellejo en Venganza cincuentona, donde villanos varios se reúnen para eliminarlos de una vez por todas.
-) Historietas sin misión. Pues sí, también las hay. Por ejemplo, Tete cohete, álbum en el que, aunque nuestros agentes sí que han de realizar algún trabajito, ya al final, este apenas es relevante para la trama, que se basa en la inoportuna visita del infante vecino de Mortadelo. Tampoco hay misión propiamente dicha en El ansia de poder, donde cada miembro de la TIA es protagonistas de un episodio para medrar ante el director general. Por razones obvias, tampoco incluye misión alguna Su vida privada, la destacable aventura en la que por fin sabemos qué hacen nuestros agentes después del trabajo, ni El 35 aniversario, historietas que, en un sentido estricto, no tiene como protagonistas a Mortadelo y Filemón, sino al propio Francisco Ibáñez.
Esperamos, amigos, que este intento de clasificación les haya satisfecho aunque sea parcialmente y esperamos sus opiniones al respecto. ¡Seguro que cada uno tiene ideas interesantes que aportar!
Somos todo oídos.