domingo, 3 de julio de 2011

LAS HIJAS DE MADAME ADOLPHINE

Por todos es bien conocido que, especialmente durante los años sesenta, Ibáñez bebió de las fuentes del cómic franco-belga. De hecho, son populares los numerosos "homenajes" que dedicó a André Franquin durante esos años. Sin embargo, Ibáñez también se inspiró en otros grandes de la historieta francófona, como es el caso de Peyó.

No hablaremos hoy de una copia literal, sino de la inspiración que Ibáñez obtuvo del papá de los pitufos en el diseño de algunos de sus personajes femeninos de edad avanzada. El modelo en cuestión se sacó del álbum de Valentín Acero La señorita Josefina (Madame Adolphine, en el original), de 1963. En él, observamos la presencia preponderante de una apacible ancianita que se corresponde con el perfil de las que después desarrollaría Francisco Ibáñez.

Tomemos como ejemplo a Doña Pura, de la serie Doña Pura y Doña Pera, vecinas de la escalera (1964). Si comparan las dos ilustraciones, comprobarán que Ibáñez hereda de Peyó el modelo de señora mayor, con un moño recogido de manera similar, los ojos semi-cerrados, las ojeras, las arrugas que descienden de la nariz, la barbilla pronunciada...


Eso en cuanto al rostro. En el cuerpo encontramos varias similitudes más, como el vestido largo, negro, de una pieza, coronado por un cuello que parece ser de plumas o de cualquier otro material esponjoso. Las hebillas del calzado también parecen guardar cierta semejanza, cambiando Ibáñez la forma cuadrangular del personaje de Peyó por otra más redondeada.

Aparte de en esta serie de escaso recorrido, Ibáñez repitió el modelo de señora en personajes secundarios de otras series, como es el caso de la anciana que iba a visitar a la amante de los animales en 13, Rue del Percebe, que parece ser pariente lejana de Doña Pura.

En otras ocasiones, encontramos modelos aún más parecidos al original, como la señora que aparece en la siguiente viñeta de Los cacharros majaretas (1974), que comparte con Madame Adolphie incluso el sombrero y la flor que lo adorna.



Otro personaje que tiene ciertas reminiscencias es la ancianita de La máquina de copiar gente (1978), protagonista de un capítulo que parece entroncar directamente con el álbum de Valentín Acero que mencionamos, pues ambos buscan el efecto cómico mediante el desconcierto que produce que una apacible ancianita se convierta en una vulgar salteadora de bancos.



Al igual que en la historieta de Peyó, se trata de una réplica de la anciana original (un robot en La señorita Josefina y un producto de la máquina de copiar gente en la historia de Mortadelo). Esta similitud nos puede llevar a pensar que tal vez el germen de La máquina de copiar gente, de Ibáñez, se halle en La señorita Josefina, de Peyó.


Recordamos a nuestros lectores que estos parecidos, dejos de ser casuales, no son los únicos que se han encontrado entre la obra de Ibáñez y la serie de Valentín Acero, pues ya mostramos en su día cómo algunos de los vehículos que aparecían en El sulfato atómico (1969) partían de otros que previamente habíamos visto en la obra de Peyó.

7 comentarios:

maginelmago dijo...

Clarísimo.

SadlyMistaken dijo...

Pues sí, jejejeje. Porque... ¿La dueña de Piolín y Silvestre no existian por aquel entonces no?

Que pena Chespirot... no vas a dejar boceto "sin títere" jejeje

Chespiro dijo...

Pues miren, no había pensado en la ancianita de la Warner, no, jeje.

Gabriel Gavina dijo...

Yo sugeriría incluso añadir "La Padrina", de loa historieta corta del mismo nombre. No se parece estéticamente a Mdme. Adolphine pero repite el esquema de "ancianita aparentemente encantadora que atraca bancos y es más bruta que un arado".

Chespiro dijo...

Muy bien apuntado, Gabriel.

Anónimo dijo...

Enhorabuena otra vez por otro gran artículo, y mucho ánimo para seguir adelante con este blog, que creo tiene bastantes ( y fieles ) seguidores. Yo soy uno de ellos, desde que nació el blog, hace ya cuatro años y pico.


PD: A ver si conseguimos entrevistar al señor Mike Ratera algún día. Sería un documento muy valioso. Saludos y Enhorabuena otra vez ( y las que hagan falta ).

Chespiro dijo...

Gracias, amigo.
Está en mis planes.