domingo, 22 de junio de 2008

RAF, DIBUJANTE, ELECTRICISTA Y DECORADOR DE INTERIORES

Estimados lectores, por falta de tiempo y por afán de compilación, rescatamos para Corra, jefe, corra, un tema de mi antiguo blog, Veras y burlas, relacionado, como no puede ser de otra forma, con Mortadelo y Filemón. Confío en que aquellos que no lo leyeron en su tiempo lo hagan ahora y que los que ya lo hicieron, hace dos años, echen un nuevo vistazo, recordando lo que de bueno y malo pudo tener. Les dejo con el artículo.

De paseo por los pasillos de la TIA nos hemos encontrado con la siguiente viñeta, que nos ha dado un poquito de qué hablar y de qué escribir. Acompáñennos, si quieren, en este paseo por los “accesorios” de la conocida agencia. La citada viñeta pertenece al álbum de Mortadelo y Filemón “Las embajadas chifladas” (1991).

Sin embargo, no es el “estilo Ibáñez” lo que predomina en esta obra, como podrán comprobar. Basta con haber sido furtivos lectores bruguerianos para reconocer, sin mucho mérito, el trazo inconfundible, suelto, y “desaliñado” (en el mejor sentido de la palabra) de Raf. Estamos a principios de los 90. Las relaciones entre Ibáñez y Ediciones B se formalizan a pasos de gigante. El periodo de “negritud” consentida por el autor (1987-1990) va quedando atrás, aunque la presencia de ayudantes se seguirá notando, en mayor o menor medida, hasta 1995.


La caída de las revistas semanales no hará necesaria la premura de la entrega de ocho páginas por semana más portada, por lo que el equipo de entintadores podrá trabajar con más calma, e Ibáñez terminará más las viñetas. Pero, decimos, para ello habrá que esperar a mediados de la década. De momento, Ibáñez sigue con su destajera labor entregando unas páginas más o menos abocetadas a unos ayudantes más o menos uniformes, con resultados bastante notables a nivel gráfico.No obstante, en este álbum tenemos un entintador de excepción: el sensacional Raf.


Así, partiendo de estos bocetillos poco terminados de Ibáñez, Raf hace suya las páginas del compañero, sin esforzarse en ocultar la propia identidad. Es costumbre, como ha ocurrido en ocasiones en el extranjero ése, que cuando el que entinta las páginas de un dibujante de nombre es otro grande, éste último no se limite a pasar el rotulador sobre los trazos originales, sino que, a modo de licencia, imponga su propio estilo. Y eso es lo que ha ocurrido aquí con Raf.


Mientras que en algunas viñetas del álbum se observa un intento de ceñirse a lo “ibañezco”, en otras lo “rafiano” invade la ilustración. Es curioso el contraste entre el estilo “contenido” (aunque extremadamente expresivo) de Ibáñez y la anárquica soltura de Raf. A pesar de lo curioso del experimento, se podría decir que el estilo suelto de este último no acaba de encajar con la claridad expositiva que el papá de Mortadelo suele imprimir a sus cómics, dejándoselo todo mascadito a un público que prefiere la línea clara y el trazo rotundo. De ahí la sensación extraña al leer esta historieta.


Por otra parte, queremos destacar el hecho de que Raf, dueño de la TIA por un álbum, haya querido enriquecer los fondos de Ibáñez (que probablemente hace años que éste apenas esboza, salvo que haya algún elemento digno de ser destacado). Así, Raf se sorprende de que en una agencia de espionaje no haya más ordenadores, impresoras, lámparas y cosas así. Por ello, en espera de que los técnicos de investigación aeroterráquea se actualicen, decide, por lo pronto, ir instalando los enchufes, que pueblan las paredes de la organización durante todo el álbum.


Intranquilo e impaciente ante la llegada de la tecnología, Raf se percata de que los agentes de la TIA no tienen ni siquiera material de oficina para desempeñar las labores burocráticas diarias, de ahí que los dote de numerosos lapiceros que contienen lápices, bolígrafos y portaminas. El papá de Sir Tim, observador él, no deja de asombrarse del caos de estas instalaciones que se preocupa de poblar de cientos de papeles sueltos, probablemente fichas de personal o expedientes de casos, a duras penas sujetos con un libro que no tiene pinta de haberse abierto en mucho tiempo.A través de estos elementos, Raf, que no firma el álbum ni aparece como colaborador (el mercantilismo de Ediciones B, heredado de Bruguera, tiene miedo a enturbiar la omnipresente firma “Ibáñez”), está imponiendo su sello, firmando las páginas ajenas con un estilo tan inconfundible que no permite dudas.


No obstante, como siempre hay desconfiados bajo el sol, aquí dejamos una viñetita de “Mirlowe”, serie de Raf para Grijalbo, en la que los escépticos encontrarán, además del trazo indubitable, los enchufes, el papel suelto, los libros-posavasos y, en una esquinita, el lapicero con portaminas.Quede este álbum como anécdota de este acercamiento de Raf al universo de Ibáñez.





No conocemos las condiciones en las que se produjo esta colaboración, pero don Jaume Rovira confirmó en el blog de los amigos Burgomaestres la relación de amistad entre los dos dibujantes. Ambos de la misma edad, pasaron por las mismas revistas en su etapa pre-bruguera, compartieron penas y alegrías en el gigante editorial y emigraron juntitos a Grijalbo para ser rescatados después por Ediciones B. Las “bromas privadas” (que son públicas) entre ambos, son también habituales.A modo de detallito final, dejamos una última viñeta en la que vemos que Raf también se preocupó por el mechandising de la TIA, pues apreciamos una jarrita con las iniciales de la agencia. Tal vez no sea lo más adecuado para este tipo institución, basada en el sigilo y el anonimato, pero…¿Qué se puede esperar de una organización secreta que pone en la fachada un enorme cartel con su nombre y que nos permite, con sólo un golpe de ojo, adivinar el nombre de su decorador?

5 comentarios:

ElRinconDelTaradete dijo...

Me fije en lo de los enchufes cuando lei este articulo en tu otro blog.A ver cuando ediciones B rescata a Sir Tim Otheo entre otros y se deja de joyas seleccion..Je..

Chespiro dijo...

Pues ya va tocando, la verdad.

Don Guri dijo...

Aunque desde el primer vistazo al album note la mano de Raf en el entintado, no habia reparado en esos detalles de los enchufes, portalapices y tal.
Ciertamente, aparte del trazo habia algunos elementos que me sonaban ajenos a Ibanez, pero no sospeche que pudieran ser esas cosillas (^-^)

Por cierto, una cosa curiosa: cada vez que leo una de tus entradas me digo a mi mismo, asi en modo reflexivo: "la proxima vez, voy a leer un Mortadelo detalladamente, fijandome no solo en la historia, sino en las cosas extra-historietiscas del tipo de estas entradas"...
... Pero imposible, con la velocidad que le da Ibanez a sus paginas, cuando me doy cuenta ya me he tragado el album entero.

Chespiro dijo...

Pues eso es genial, don Guri. El Maestro Ibáñez consigue su objetivo.

viagra online dijo...

Que buena noticia que hayan podido rescatar el antiguo blog. Me gusta mucho leer todo lo que ahi representan. Muchas gracias por la iniciativa.