domingo, 7 de febrero de 2010

SUPER HUMOR DE 7, REBOLLING STREET

Recientemente, Ediciones B ha publicado un Super Humor (nº 48) de 7, Rebolling Street, en su línea de dedicar tomos de esta colección a otros personajes de Ibáñez, al margen de Mortadelo y Filemón. No extrañó en su día que salieran los recopilatorios de 13, Rue del Percebe, Rompetechos, Pepe Gotera y Otilio o Sacarino. Más sorprendente fue la republicación de Chicha, Tato y Clodoveo (y ya se anuncia un segundo tomo) y la que nos ocupa: 7, Rebolling Street.

Sorprendente porque son dos obras de Ibáñez menos conocidas por el gran público, debido a dos razones. La primera, que se crearon en una época en que las tiradas de los tebeos en España habían descendido vertiginosamente. La segunda, porque Ediciones B no los había vuelto a reeditar en todos estos años.


Centrándonos en el volumen de 7, Rebolling Street, hay que matizar que no se trata de "todas las páginas que dibujó Ibáñez para la serie", como se ha dicho desde la editorial. Es una mera recopilación de los 4 Tope Guai que en su momento lanzó Grijalbo al mercado, con este caserón como tema protagonista. Esto se hace aún más evidente si tenemos en cuenta que cada "bloque" de historietas viene precedido de la portada de original de dicha colección.


Desgraciadamente, a los lectores más jovencitos, el volumen les parecerá muy extraño, pues esta labor de rescate (de historietas menos conocidas que no se han reeditado, insistimos, en veinte años) no viene acompañada de un prólogo del autor o del editor en el que contextualice la obra en su momento histórico y editorial, así como dentro de la producción del autor. También resulta algo decepcionante la portada, hecha por un Ibáñez en horas bajas o, quizás, por alguno de sus ayudantes.

En cuanto al interior, poco les diremos que no sepan. Se trata de una actualización de 13, Rue del Percebe hecha a doble página, con algunos personajes que repiten los esquemas y roles de los de la serie primigenia y otros arquetipos nuevos, más acordes con los tiempos. Las primeras entregas (dudo de que lleguen a cinco), son obra de Francisco Ibáñez, y eso se nota. El dibujo es atractivo, los guiones chispeantes y la rotulación y el color manuales vienen de maravilla. Sin embargo, como ocurrió también con Chicha, Tato y Clodoveo, Ibáñez dejó pronto la serie en manos de sus ayudantes, dejándonos algunas dudas acerca de si, al menos, el guion sí era suyo.

Es por ello que el lector no encontrará apenas uniformidad gráfica en las planchas de este tomo. Desde los auténticos Ibáñez hasta los realizados por ayudantes destacados, como el siempre eficiente Juan Manuel Muñoz, que nos dejó páginas más que notables. No obstante, otros colaboradores hicieron auténticas barbaridades, especialmente uno, anónimo, con un grafismo muy parecido al de Juan Carlos Ramis (aunque Ramis me especificó personalmente que él nunca ha trabajado en esta serie de Ibáñez). Para mayor desgracia, relativamente pronto se llega a un punto en el que el color manual desaparece a favor de los colores planos tan característicos de nuestro tebeo, algo que no beneficia a la factura gráfica final.


Dicho lo anterior, la pregunta inevitable es ¿merece la pena comprar el volumen? Indudablemente, solo puedo responder a esta cuestión desde un punto de vista subjetivo y personal. En mi caso no la compraré, pues conseguí hacerme en los salones del cómic y en los mercadillos de segunda mano con los álbumes de Tope Guai que se recopilan aquí, pagando por ellos precios más o menos elevados, dada la rareza de estas páginas de nuestro conocido autor. No obstante, si no tuviera estos cómics, no dudaría en hacerme con el nuevo Super Humor, ya que, aunque no se puede decir que aporte mucho al conocimiento de la obra de Ibáñez, forma parte de la misma y, al margen de la mayor o menor participación de su autor en algunas planchas, es innegable que muchas de ellas arrancan la sonrisa y no pocas la carcajada.


En conclusión, una oportunidad única de hacerse con una de las series menos estudiadas de Francisco Ibáñez y de pasar bastantes buenos ratos, que de eso se trata.

8 comentarios:

Unknown dijo...

Yo lo veo perfectamente prescindible, incluso para los que amamos la obra de Ibáñez. Se trata de una imtación fría, bastarda y sin alma de una de las grandes series del maestro. En mi opinión, sólo apto para muy completistas.

ElRinconDelTaradete dijo...

Esta serie es adecuada en el formato que salio, o sea en la revista Guai en páginas centrales y a una por semana. Si no es cansina. Aunque no opino igul que Guillem porque no era tan mala ni mucho menos.
A mi personalemente me gustaba y me arrancaba sonrisas,lo que si que note es que a partir del nº 60 (mas o menos) cuando Grijalbo dejo Guai es que la calidad de dibujo de la misma pego un bajon enorme.Segun lo que tu dices ¿es posible que contrataran entonces negros para los negros?...
Ramis me respondio en una reciente entrevista que NUNCA habia dibujado nada de Ibañez.
No me lo comprare pues ya lo tengo en los Guais y como bien dices le falta un buen prologo.

Chespiro dijo...

Ambos tenéis razón.Pero bueno, unas risas sí he echado yo con esta serie. Lo de la dosificación también es cierto. La doble página empalaga más que la de 13, Rue del Percebe.

Raw dijo...

En mi caso lo compré, no me arrepiento de haberlo hecho por dos razones: primero porque es un tomo que ayuda a completar más personajes de la obra de Ibáñez y segundo porque sí que despierta risas. Aunque para ser sinceros, son mayores las que nos abre 13 Rúe. Al igual que pasó con la serie de TV 'La que se avecina', existen muchos viejos conocidos con aspecto diferente: la dueña de la pensión, la portera, el caco, la abuelita, el gato y el ratón...hasta los gags del ascensor. Desde mi humilde opinión creo que ha sido una compra acertada.

El Viejo dijo...

Yo no creo que lo compre debido a que tengo varios tomos recopilatorios, junto con alguno de Chicha, Tato y Clodoveo, lo he estado hojeando y hay demasiadas repetidas como para que haga el desembolso.

Aún así, lo recomiendo para los que no conozcan muy bien a estos personajes, efectivamente, como dice Raúl, solamente despierta menos carcajadas que 1 Rue... pero eso nunca ha sido sinónimo de poco gracioso.

Chespiro dijo...

Ciertamente, al César lo que es del César. La comparación entre estas dos series de Ibáñez y Aquí no hay quien viva y La que se avecina es muy representativa.

manel dijo...

pues a mí me gusta mucho el edificio hermano del 13 rue. por mi parte, sí que pienso comprármela, y ojalá salga otro volúmen con el resto (aunque sea como teloneros de otros personajes).

es cierto que 13 rue causaba más risas, pero no es menos cierto que es una de las series más difíciles de guionizar, y a la larga las ideas son más difíciles de sacar. es una historieta entretenida, con un formato agradable donde la vista puede recorrer todo el edificio y buscar los detalles graciosos que hay por doquier, con nuevos vecinos y nuevos gags que te sacan las sonrisas .

lo dicho: imprescindible para seguir y conocer la obra del maestro.

Chespiro dijo...

En todo caso, merece interés por lo difícil de encontrar que había sido hasta ahora.