domingo, 27 de septiembre de 2009

FRANCISO UMBRAL HABLA SOBRE FRANCISCO IBÁÑEZ

Ahora que está de plena actualidad el artículo de Vicente Molina-Foix oponiéndose al Premio Nacional de la Historieta, queremos echar la vista atrás para recordar las palabras que un escritor mucho más prestigioso que él, Francisco Umbral, dedicó a Mortadelo y Filemón en su sección Los placeres y los días, publicada en El Mundo el 23 de marzo de 1999.


En su columna, Umbral carga las tintas en la politización de los cómics de Francisco Ibáñez durante esa década, un viraje que el literato considera más que positivo para la serie:




La decisión de Ibáñez -meterse en política- es una buena lección para todos los que quieren seguir con el artículo o el chiste costumbrista, gastronómico o regionalista.



Nuestro escritor afirma que nunca se identificó con el humor traumático (de golpes y mamporros) del que hizo gala el dibujante catalán, pero que siempre se sintió seducido por la realización gráfica del autor de Mortadelo:


El humor traumático nunca me ha divertido, ni siquiera en el cine mudo de los grandes, y no sé qué tiene que ver el humor con la rotura de un metatarso con osteoporosis posterior. Por eso no he sido lector de Mortadelo y Filemón, lo confieso, ni siquiera en la infancia o por ahí. Me gusta mucho la creación plástica de Mortadelo y siempre pensé que ese personaje debiera servir para algo más que para robar bocadillos o poner zancadillas.


Efectivamente, de sus palabras se deduce un cierto desconocimiento de la esencia de la serie de Ibáñez (lo de robar bocadillos es más propio-y tampoco- de Carpanta que de Mortadelo). Del mismo modo, parece que don Francisco Umbral también obvió que la inclusión de políticos en las aventuras de Mortadelo y Filemón no pasa de ser una mera anécdota para desencadenar los gags traumáticos (como él dice) de siempre:


Ibáñez, el famoso creador de Mortadelo y Filemón, ha decidido politizar sus cómics porque los golpes de andamio ya no hacen reír a nadie .


Una lectura mínimamente interesada en la obra de Ibáñez, incluso de su "etapa política", rebela que nuestro autor nunca ha renunciado a esos golpes de andamio que, en contra de lo que opina Umbral, sí siguen haciendo reír a millones de lectores en todo el mundo. Tal vez, por deformación profesional, el novelista y articulista quiso buscar en esta última etapa de Ibáñez una profundidad política de la que, no nos engañemos, carece la obra del padre de Mortadelo:


Ibáñez lo ha comprendido también y le ha metido en política, y más bien de izquierdas.Mortadelo tiene algo de funcionario regeneracionista y descontento, de hombre humillado y amordazado por su cuello duro de pasantillo, de intelectual descontento que cualquier día asesinará al jefe haciéndole tomarse toda la goma arábiga, por fascista.






Considerar los cómics de Mortadelo de izquierdas, o de derechas, o de lo que sea, resulta empobrecedor. Y más en esa etapa de la serie en que la furia de Ibáñez hacia la figura de Aznar todavía no se había desatado en todo su esplendor (furia, dicho sea de paso, más personal que ideológica). Con respecto a la consideración del personaje como un regeneracionista y como un intelectual, tampoco parece demasiado acertada. Tal vez Umbral quiso sublimar intelectualmente un gag tan mecánico como los repentinos arranques de insubordinación que todo personaje de Ibáñez ha tenido alguna vez para con sus jefes, lo cual es más una forma de resolver la historieta que una expresión de rebeldía política.




No es que sea la alternativa a Babelia o La Esfera, pero este Mortadelo politizado haría carrera como editorialista. Otros se explican peor y están en nómina de un periódico. Ya saben.


Más acertada es esta última afirmación, pues resulta innegable que, entre veras y burlas, los cómics de Mortadelo y Filemón han editorializado desde hace más de veinte años la vida de nuestro país. Esto es, podemos establecer una breve historia de nuestra política reciente gracias a las sarcásticas pinceladas que el maestro Ibáñez ha trazado en ese disparatado retablo de la realidad social que es su obra.



Es cierto que, si bien Francisco Umbral no ha realizado en su artículo el análisis más certero de la obra de Ibáñez, no deja de ser relevante que un escritor, pensador y articulista de su relevancia dedicara alguna mirada a la figura del máximo exponente del cómic español, de un fenómeno cultural, que, aunque pese a Molina-Foix, ha sabido calar entre el público lector a lo largo de cinco décadas de éxito ininterrumpido.




Aquí tienen el link con el artículo completo. Que lo disfruten:













5 comentarios:

Don Guri dijo...

Tanto este como el otro, se sea escritor, musico o ingeniero nuclear, uno deberia limitarse a hablar de lo que sabe.
Y ojo, que por mucho que lo admire, Ibanez tampoco se escapa (esas declaraciones sobre el manga...)

En fin. Voy a ver si encuentro la historieta donde Mortadelo se dedica a robar bocadillos ;)

Anónimo dijo...

Ondia, Don Guri, ha acertado con lo del manga. Le daría a leer "Monster", a ver qué opina...

Es un artículo curioso. Puede ser que Umbral hable desde el desconocimiento, pero al menos no desde uno tan profundo como el Molina Foix. Y al menos, no se dedica a menospreciar a Ibáñez, sino que encima lo reivindica ligeramente.En fin, una entrada de interés, como siempre, Chespiro.

Chespiro dijo...

Gracias a ambos por los comentarios. Lo del Manga de Ibáñez se lo perdono por edad.

El Viejo dijo...

A mi juicio Don Guri acierta sin dudas al declarar que cuán conveniente seria que solamente se hablase de lo que uno sabe, o que por lo menos, se tenga el buen guso de no querer sentar cátedra en temas en los que uno no está versado, como le pasa al parecer, al señor Molina-Foix al encarar el cómic.

En lo que se refiere a don Francisco Umbral, desde luego hay un desconocimiento de la profundidad de Mortadelo (adscribirlo a cualquier movimiento político o confudirle rasgos de Carpanta, aunque es un articulo mucho más agradable porque no se intenta despretigiar a un artesano de distinto campo.

La eterna discusón entre literatura y este pirmo-hermano que es el universo de la historieta. Y cuán fácil sería disfrutar de ambos. Gracias a Chespiro por sacar el baúl de los recuerdos

PD: Franchesk da en la tecla con lo del manga e Ibáñez.

Chespiro dijo...

Gracias a ti por el comentario, Viejo. A veces las musas le infunden falsamente a los literatos el don de la ubicuidad crítica, incluso en campos que desconocen.