
Hacer un extraordinario…¡Jo, menudo calvario! se publicó en 1983, como conmemoración del 25º aniversario de Mortadelo y Filemón. Fue únicamente una pequeña parte de los fastos que Editorial Bruguera organizó en torno a la efeméride, pues esta historieta especial se vio complementada con homenajes de otros autores, que incorporaron a los agentes de la TIA a sus series, Mortadelos de oro y el libro-compilación “Mortadelo y Filemón: 25 años de Historia”, que recogía los cinco álbumes de la colección Olé destinados a homenajear a personajes y creador.
Argumento
Esta breve historieta presenta un leve argumento: una amenaza de bomba motiva la presencia de Mortadelo y Filemón en las dependencias de Editorial Bruguera, idea que llega a olvidarse por completo, pues la historia carga las tintas en la disparatada visión de la vida cotidiana de la editorial, sostenida por impagables cameos entre los que destacan el de Raf y el del propio autor, dos de los rezagados que (junto con Escobar) no han entregado todavía las páginas solicitadas por un impaciente Armando Matías Guiu. La solicitud de fuego por parte de la directora termina con las páginas chamuscadas, de manera que el embrollo editorial vuelve a empezar, mientras que un avejentado Ibáñez critica, paradójicamente, el nefasto vicio del tabaco.
Estilo
Desde el punto de vista gráfico, el dibujo de la historieta resulta inmejorable, con un acabado perfecto y ciertos intentos de juego con el margen de las viñetas, de manera que éste se rompe en ocasiones, llegando incluso a desaparecer. Del mismo modo, en esta historieta se comprueba de nuevo la pericia de Ibáñez para dibujar multitudes, con viñetas espectaculares (como la tercera de la primera página) atiborradas de personas y objetos. Observamos ya en esta época un uso moderado de los “detalles absurdos” de fondo, de los que de forma tan arbitraria e infantil se abusará entre 1987 y 1990.

En cuanto al guion, hay que destacar el hábil uso de los diálogos por parte del autor, especialmente en aquellas viñetas en las que aparecen multitudes, en las que cada intervención resulta realmente hilarante. En estos diálogos se aprecian no pocas referencias a la realidad exterior, como la boda entre el torero Paquirri y la tonadillera Isabel Pantoja (uno de los referentes favoritos de nuestro autor), celebrada en abril de 1983. Los nuevos aires políticos que soplaban también se reflejan en la viñeta final de la primera página, con no pocas alusiones a los movimientos sindicalistas y a la explotación patronal, siempre desde una óptica jocosamente irónica.
Fuentes
Aunque a principios de los 80 las influencias franco-belgas de Ibáñez puedan parecer ya superadas, la presente historieta tiene un claro precedente en el episodio de Spirou (aunque realmente protagonizado por Gastón el Gafe) “Bravo los Brothers”, firmado por André Franquin en 1966. En esta ocasión, sí podemos hablar plenamente de inspiración y no de plagio, pues el trabajo de Ibáñez se basa en una ampliación personal de una idea semejante, de forma que nos encontramos con dos historietas muy distintas. Sin embargo, los parecidos no deben parecernos casuales, sobre todo si tenemos en cuenta que no han sido pocas las veces que Ibáñez se ha inspirado en su maestro franco-belga.
Así, ambas historias presentan cómicamente la vida en la editorial, resaltando el ajetreo que supone la preparación de un número para una revista. Sirvan estas viñetas como comparación:


Del mismo modo, los dos maestros utilizan la referencia concreta a autores reales como recurso cómico. En algún caso, en


Por último, quede la aparición del mono-dibujante como muestra tanto del parecido entre ambas historias como de la bifurcación argumental de las mismas, puesto que lo que en Ibáñez es una mera anécdota, constituye el eje del episodio de su homólogo europeo.


Personalidades ilustres
No podía faltar en la conmemoración de Ibáñez la aparición de miembros activos de la Editorial Bruguera, tanto dibujantes como redactores. Esto concuerda con la tendencia a la autorreferencia que primaba en la Editorial a principios de los ochenta (recuperación de viejas series, homenajes a los autores consagrados, Revista Bruguelandia, etc.). Presentemos a algunos de los “invitados”.


Raf. Más relevante en la historieta es la aparición de Joan Rafart (Raf), creador de Sir Tim O´Theo y tal vez uno de los mejores amigos que Ibáñez encontró en la profesión. A pesar de que el citado dibujante sólo era ocho años mayor que nuestro autor (Raf nació en 1928), Ibáñez hace mofa de su avanzada edad y señala con jocosa crueldad los múltiples achaques de ese otro monstruo de la historieta. La parodia, por exagerada, resulta tan hilarante como inofensiva.

Julio Fernández. Guionista y redactor que estuvo al frente de varias publicaciones de Bruguera durante décadas. Hombre afable y vitalista, ha sido constantemente caricaturizado por “sus” dibujantes durante años. Era bien conocida su afición por los deportes, así como su fuerza física, no reñida con su baja estatura. En esta ocasión, Fernández aparece como un hombre ya entrado en años, por lo que Ibáñez se ceba en su aspecto menos heroico, creando gags en torno a su menuda figura.
Armando


Anna María Palé. La señora directora, que entronca con la tradición de jefas-explosivas de Ibáñez, no es otra que Anna María Palé, amante de la historieta y eficaz traductora con una gran capacidad de trabajo y organización que la llevó a puestos directivos. Tras la salida de Ibáñez de Bruguera, ella se ofreció a ser agente del dibujante y desempeñó un papel importante en la producción del autor durante un periodo de tiempo.

Montse Vives. Montse Vives, redactora de Bruguera y creadora intelectual de algunas series de la casa fue otro puntal de la editorial durante esta época. En la historieta que nos ocupa es un claro ejemplo de personaje latente, pues aunque no aparece físicamente hasta la última viñeta (bajo la forma de Olivia, la novia de Popeye), los chistes que Ibáñez coloca en la tarjeta de su mesa de trabajo son de lo más recordado de la historieta. Como reflejo de los vientos que soplaban, véase la foto de Felipe González sobre su escritorio en la página cuatro (no aparece en todas las ediciones).
El autor a escena
El punto culminante de la historia se logra con la llegada de Francisco Ibáñez a la editorial. Esta vez no aparece lamentándose por las esclavitudes del tablero, sino autoparodiado como una especie de divo (inolvidable la viñeta que le da entrada) con laureles, puro y dieta a base de faisán con ostras. Especialmente destacable es la retórica rebuscada y arcaizante con la que se autocaricaturiza el autor, de gran efecto cómico. La llegada de Ibáñez a la editorial versa en torno a dos ámbitos: el artístico y el económico. Desde el punto de vista artístico, vemos cómo sus ínfulas de grandeza se vienen abajo cuando Julio Fernández califica de “bodrio” su última historieta.
Acostumbrado a la premura de la entrega de la página, el autor se pregunta qué harán los “macilentos burócratas” cuando no puede llevarlas a tiempo, a lo que Matías Guiu contesta que, en esos casos, es “Chimpa”, un simio, quien las realiza sin que nadie note la diferencia. Para los malpensantes, quede esto como una sutil alusión a los equipos apócrifos que, como mercenarios, terminaban de completar un cupo de páginas impuesto por la editorial, imposible de realizar por un solo hombre.

El otro ámbito, muy presente en las obras de Ibáñez, es el económico. El autor hace muestra de su poder al ser recibido como un césar, pero no deja de mostrar la inquietud financiera que supone para la editorial (y para la cajera) tener que pagarle su elevado sueldo. No en vano recibe un disparo cuando va a pedir un aumento.
Aunque todo esto está narrado en clave de parodia, recordamos a los lectores que ya desde 1982 las relaciones entre el dibujante y sus jefes se fue tensando, debido tanto a la puesta en marcha de un equipo apócrifo que producía historietas de ínfima calidad como a los retrasos en los pagos al dibujante. Entre veras y burlas, Ibáñez deja caer estos elementos en esta historieta conmemorativa…y abandona la editorial dos años después.
Conclusión
A pesar de su brevedad, podemos decir que Hacer un extraordinario…¡Jo, menudo calvario! es una historieta más que digna para conmemorar el primer cuarto de siglo de nuestros personajes. La escasa presencia de los agentes (Filemón tiene sólo dos parlamentos) no impide que estemos ante una de las historietas cortas más divertidas de su autor. La ocasión era especial e Ibáñez ha estado a la altura. Tocaba aparcar momentáneamente a sus personajes-estrella para mostrar lo que hay detrás de su obra, las ironías de las bambalinas de una editorial que forjó nuestros sueños infantiles.
13 comentarios:
Hoy mismo he leído esa historieta y he recordado lo divertida que era. Como la tengo con el SH #15, también está incluida la de "Una portada especial", en la que aparecen los personajes de la editorial junto con Sacarino; esa una historieta tipo "Gaston Lagaffe", sin entrar en polémica, ya que posiblemente Sacarino habría cuajado más en una redacción como en esa historia que en el DDT.
Por la entrada, enhorabuena, resume muy bien el argumento. Sobre lo que dices que se olvida la amenaza de bomba, es verdad. A mí me pasa lo mismo. Saludos.
Precisamente esta historieta apareció publicada en el Super Mortadelo 157, del cual comento su portada en el Mortadelón´s blog. !Sana coincidencia!
Pues nada, nada, a ver la portada.
Se ve que giramos todos en torno a la efeméride, jeje.
"Como reflejo de los vientos que soplaban, véase la foto de Felipe González sobre su escritorio en la página cuatro (no aparece en todas las ediciones)."
¿En qué ediciones no aparece? En el tomo del 25 Aniversario que recopila los 5 Olé! (el de la cubierta verde con letras doradas) sí me aparece.
Siempre me quedó la duda sobre cómo era en realidad Montse Vives. Casi 25 años después, por fin he podido ver una foto suya en el "Gran Libro "del 50 Aniversario.
Extraordinario articulo, si sen~or.
Y extraordinaria historieta, fue aquella.
Gracias, don guri.
Kaximpo,no podría precisar en qué edición no aparece, pero sí estoy plenamente seguro de haberme llamado la atención ver esa viñeta sin la correspondiente fotografía.
Gracias, don guri.
Kaximpo,no podría precisar en qué edición no aparece, pero sí estoy plenamente seguro de haberme llamado la atención ver esa viñeta sin la correspondiente fotografía.
Creo que tengo por ahi esta historieta de ese Mortadelo. Muy trabajado el articulo, me quito el sombrero.
Gracias, Taradete. Pero póntelo, que no te dé frío.
Una historieta para releer.
Hola. Ando como loco buscando el tomo recopilatorio del 25 aniversario. ¿Sabrías dónde puedo encontrarlo? Gracias.
No tengo ni idea, pero seguro que en el Foro de la TIA te pueden informar mejor.
Una de las caricaturas que me ha hecho reir a mas no poder es la de Condorito, son un clasico.
Me parece que este 50 aniversario se debe celebrar a lo grande, pues sus caricaturas nos han hecho reir por mucho tiempo, y lo menos que merecen es se les brinde un homenaje con el cuidado de que todos los detalles esten perfecto.
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