jueves, 31 de diciembre de 2009

¡FELIZ 2010!

Bueno, pues ya han oído a Filemón. Hemos llegado al último día del año. Fíjense que no comenta nuestro amigo bipelo que "haya llegado el último día del año", sino que ellos (su ayudante y él) han llegado a dicha fecha. Matiz que no ha de extrañarnos si tenemos en cuenta las vicisitudes por las que pasan nuestros queridos personajes día a día. Lo raro es que sigan aguantando al pie del cañón durante casi 52 años.

La viñeta en cuestión pertenece a la historieta corta "El Reveillón de Mortadelo y Filemón", que data de finales de los años sesenta, probablemente de algún Extra o Almanaque navideño. En ella, a lo largo de cuatro páginas, nuestros agentes atienden a los condes de Gorrináguez, mas no hace falta decir que la cena será un completo fracaso. Una serie de gags cotidianos culminan con esta viñeta de desastre que, como ya demostró nuestro amigo Mortadelón en su blog, guarda ciertas similitudes con una tira de Gastón el Gafe, de Franquin:




Como era de esperar, los detectives acaban mal la cena de Nochevieja, paseando solos por las calles en medio de una nieve desoladora. Y es que Ibáñez no da cuartelillo a sus personajes ni en los especiales de Navidades:


Nosotros, sin embargo, queremos terminar el año con una nota positiva, por lo que les dejamos con la bonita viñeta introductoria de esta historieta, en la que Ibáñez hace una curiosa composición con el título (una de las más llamativas que recordamos) y en la que parece reinar un ambiente de alegría y optimismo:





Aprovechamos para desearles a todos nuestros lectores un Feliz Año 2010 y que el Destino los trate mejor que Ibáñez a sus criaturas. De no ser así...siempre podremos reírnos por el camino.

¡Feliz año nuevo!

jueves, 24 de diciembre de 2009

¡FELIZ NAVIDAD!



Estimados lectores, aprovechamos esta entrada para felicitarles las fiestas y desearles que pasen estos días con sus seres queridos o, en su defecto, con sus familiares.

Como uno tiene algo de Scrooge y no le pegan los finales emotivos ni los niños en torno al Belén, qué mejor que utilizar a Ibáñez para felicitar las Pascuas.


Hacemos referencia en concreto a la historieta de principios de los 60 ¿Pavo o pollo? en la que, tras discutir a lo largo de dos páginas cuál será el menú de la Nochebuena, nuestros agentes de información acaban la noche así:


Esperamos que su cena de Navidad sea más afortunada en cuanto a menú y compañía y que no terminen de esta manera tan comiquera (lo cual se consigue no invitando a la familia política). Como apunte, no se pierdan al Ibáñez que firma la felicitación, todavía con pelo.

¡Salud, familia!

domingo, 20 de diciembre de 2009

MORTADELO, FILEMÓN Y LOS TAXIS VOLADORES

En el tema anterior, dedicado a La brigada bichera (1981) vimos cómo aparecía en el álbum uno de los gags recurrentes de Ibáñez, relativo al buitre que, desplegando sus alas, hacía volar el taxi. Esta es solo una de las ocasiones en que el autor de Mortadelo utiliza este chiste, enormemente visual. Haremos un somero recorrido por su uso a lo largo de la serie estrella de Ibáñez.


Así, la primera vez de la que tenemos constancia se trata todavía de la época de "Agencia de Información", en una historieta corta de mediados de los 60 (seguramente algún especial de primavera). En ella, Mortadelo, que hace las veces de Bacterio al disfrazarse de inventor (algo muy común en esta primera época), crea un aparato volador para atrapar cacos. Obviamente, al montarse en un taxi con su jefe, el cacharrejo se dispara y...










La segunda ocasión será en la mítica historieta corta El caso de la patata (1970), publicada en el número uno de la revista Super Pulgarcito. Esta vez será la patata saltarina la que originará el "vuelo" improvisado del automóvil.








El gag volverá a repetirse gracias a un invento del Bacterio en el álbum Los cacharros majaretas (1974).





Como dijimos, en La brigada bichera (1981) será el buitre el que motive el despegue del coche.








Años después, El huerto siniestro (1987) no nos ofrece uno, sino dos ejemplos del mismo chiste, en un claro periodo de reutilización de antiguos clichés.







Sin olvidar la revisión del chiste en Armas con bicho (1988), esta vez con un taxi saltarín que recuerda al de El caso de la patata.








Ya en los 90, Ibáñez vuelve a rescatar el chiste en La crisis del golfo (1991), con una silla que se dispara en los momentos más inoportunos.






Se trata, pues, de uno de los chistes favoritos de Ibáñez del que, estamos seguros, volveremos a tener ejemplos en los próximos años.

Saludos a todos nuestros lectores.



domingo, 13 de diciembre de 2009

LA BRIGADA BICHERA (1981)

La brigada bichera (1981) es una de las muchas aventuras de Mortadelo y Filemón basadas en la convivencia de nuestros agentes con los más variopintos animales. Empezó este subgénero con Safari callejero (1970) y continuó con álbumes como Pánico en el zoo (1975) y en los posteriores Armas con bicho (1988), Animalada (1994) y Mascotas (2002), así como en el álbum de Chicha, Tato y Clodoveo Mogollón en la granja (1989). En esta ocasión, la TIA pone en marcha una brigada de animales que, con ayuda de los potingues del Bacterio, desarrollan sus cualidades innatas hasta el punto de poder colaborar “eficazmente” con nuestros agentes secretos. Desde el punto de vista estilístico, esta etapa de la obra de Ibáñez (que ya dividía la plancha en cuatro tiras en lugar de cinco) se caracteriza por cierta desnudez en los fondos, algo que se verá compensado por un mejor acabado que desarrollará un par de años después. Inconfundible es, para los amantes de las primeras ediciones, la sobreexplotación del color amarillo en los fondos llevada a cabo por Bruguera en esta época, quizás por cuestión de tiempo o de precios.

El primero de los siete episodios de la historia comienza con una serie de juegos de palabras y malentendidos con un gorrino que implican que casi todos los personajes (especialmente Filemón) se sientan aludidos al llamarles cerdos, directa o indirectamente. Un comienzo más que divertido. La aparición del Súper supone la exposición de la misión y en sus diálogos se anuncian algunos de los animales que habrán de participar en la misma, aunque también se alude a un loro para repetir conversaciones que nunca llegará a aparecer…¿Lapsus de Ibáñez al escribir este diálogo o cambio de planes durante el desarrollo del álbum? Suben el nivel del episodio los irónicos comentarios del cerdo, como es costumbre en el autor a la hora de caracterizar a los animales. Cuando el bicho en cuestión agujerea una tubería del gas, Filemón advierte a su subordinado de que no debe encender ninguna cerilla, señal de que lo conoce bastante bien a estas alturas. Obviamente, Mortadelo responde que él ya usa mechero y…No es necesario explicar más.


En el segundo capítulo observamos atónitos que el fichaje de una nueva agente de la TIA se anuncia en el periódico (algo impropio de una organización secreta). La belleza de la tal Brigitte provoca un incidente con una Ofelia más que discreta en sus intervenciones en este álbum. Tras este pequeño prólogo, nuestros personajes han de hacerse cargo de otra Brigitte, una cabra que constituye un buen ejemplo de la capacidad que tiene Ibáñez de caricaturizar animales, con resultados desternillantes. Un diseño similar presentará la cabra de Los verdes (1997), con algún gag parecido. El olfato del animal (cualidad desarrollada por el Bacterio) servirá, además de para confirmar que Filemón es un vulgar raterillo, para buscar al Vito Gamba en el monte. La cabrita en cuestión, que resulta ser tan decepcionante como los perros que suelen acompañar a Mortadelo y Filemón en sus misiones, los llevará a todos a la desgracia final, de ahí la venganza de nuestros agentes ante el médico que osa recomendarles leche de cabra para su recuperación.

En el tercer episodio vemos a un Mortadelo pesimista y apesadumbrado, lo que no acaba de cuadrar con su carácter habitual. Tras una guerra sin tregua con el Bacterio, nuestros agentes se hacen cargo de Doroteo, un buitre que habrá de encontrar el cadáver del magnate Cebollónez. La ineptitud del animal, caracterizado por unos comentarios que delatan una estupidez solo comparable a la de Ran-Tan- Plán en la serie Lucky Luke, se ve reforzada por los comentarios de los secundarios que pasan por la calle, un recurso cómico muy hábilmente explotado durante esta época. Entre los gags recurrentes destaca el del taxi volador, sobre el que ahondaremos en próximas entradas.


Muy recordado es el cuarto episodio en el que nuestros agentes, que en vano intentan ocultarse de las pesquisas del Súper, se hacen cargo de Cleopatro, el perro que con su olfato tendrá que encontrar a Aniceto “el Metralla”. Destacan nuevamente los comentarios irónicos del animal y encontramos algunos gags que se repetirán posteriormente en El premio No-Vel (1989), como el de arrojar algo de comida para que el perro ande sin que Filemón le haya soltado la correa. El episodio finaliza sin que quede concluida la misión para la que estaban utilizando al perro.


El siguiente apartado empieza con referencias a una situación económica más que precaria (¿alusión a la suspensión de pagos de Bruguera?), por lo que Mortadelo acaba metiendo en la cazuela a la paloma que habrá de acompañarles en este episodio (gag que ya vimos en Chapeau “El Esmirriau”- 1971- y Los cacharros majaretas -1974). En este apartado la escatología empieza a hacer acto de presencia en la serie, dados los retortijones del animal y las alusiones a cisternas y demás. La fuga de la paloma da pie a una serie de gags divertidos, entre los que destacan los encuentros con un niño y su padre bestiajo. Cuando un labriego pronuncia ante Filemón las palabras equivocadas, la consabida venganza de este (venganzas en las que nuestros agentes siempre son fieros e implacables) se convierte en un tiro salido por la culata, quedando nuestro personaje herido y maltrecho.



El séptimo capítulo no sigue exactamente la tónica del resto. En él, Rodríguez “El Hotentote” quiere liquidar al millonario Gasolini. Nuestros agentes pretenden acabar con el malhechor usando el mosquito Tsi-Tsi, de picadura mortal, pero la huida de este desemboca en una serie de gags tópicos relativos a la ineficaz capacidad de protección de los protagonistas.


Como ocurre en otros cómics de animales (Safari callejero, Animalada…) la parte final, el colofón, viene de manos del elefante. Esta vez el bichejo tendrá la particularidad de golpear con la trompa a todo aquel que lleve en la cabeza algo parecido a un turbante, al igual que el de Animalada lo hacía con los que vestían de negro. Este tipo de recursos son usados con habilidad por Ibáñez para darle más salsa a las situaciones, siendo un ejemplo de su capacidad para el gag acumulativo. Los intentos de usar al animal para capturar al Rana (¿Será el mismo de Objetivo: Eliminar al Rana? -1976) se verán entorpecidos por los roces continuos con Sigerico Pituitaria, narigudo acomplejado que se llama como el elefante. Destacan también las apariciones de secundarios con sus comentarios, así como algún gag que se repetirá en Animalada, como el de los ladrones de camiones. El clímax final vendrá con la presencia del director general (el mismo que en La máquina de copiar gente- 1978) y señora, que verán chafado tanto su despacho nuevo como su propia fisonomía, poniendo así fin a la brigada bichera y deportando a nuestros protagonistas a una minúscula isla desierta. El episodio contiene alguna metáfora visual interesante como la trompa del animal convertida en puño indicando la intención de golpear.


En conclusión, podemos decir que se trata de un álbum estándar de Mortadelo y Filemón, con unos diálogos bastante divertidos y en el que se comprueba una vez más la enorme expresividad con la que Ibáñez dota a sus animales. De hecho, fue uno de los episodios mejor adaptados para la serie de BRB Internacional, con un ritmo más o menos adecuado y un acertado doblaje.

domingo, 6 de diciembre de 2009

7, REBOLLING STREET: INVITADOS ESPECIALES


Dada la próxima salida, en 2010, de un recopilatorio de 7, Rebolling Street, el sustituto de 13, Rue del Percebe para Grijalbo, tocaremos un aspecto tangencial relativo a dicha serie (ya que nos ocuparemos de ella en profundidad más adelante). Se trata de los cameos o apariciones especiales de otros personajes de Ibáñez en el peculiar edificio.


Si bien es cierto que durante los primeros años estas "visitas" eran poco frecuentes (dado el pleito por los derechos de los personajes clásicos de Bruguera, que habían quedado en manos de la editorial), conforme va transcurriendo el tiempo y el autor recupera el copyright sobre sus criaturas, las apariciones estelares empiezan a proliferar.

Uno de los más asiduos es Rompetechos, ese metomentodo en series ajenas que ya tenía la costumbre de visitar la 13, Rue del Percebe (sin que nunca hayamos sabido exactamente por qué). Como es su marca de la casa, es habitual que aparezca irritando a algunos de los vecinos o visitantes de 7, Rebolling Street, confundiendo, por ejemplo, un frigorífico con la puerta del ascensor o una tapa de alcantarilla con una aspirina:







También puede aparecer protagonizando algún gag surrealista con algún elemento recurrente del edificio, como la cañería de desagüe que a tantos chistes dio lugar:


Del mismo lugar aparecerá en cierta ocasión el personaje estrella de Ibáñez, caracterizado esta vez como un peculiar genio de la lámpara:




Pero no será Mortadelo el único que aparecerá por estos derroteros. En ocasiones, compartirá gag con su jefe Filemón, refiriéndose ambos a las temidas entradas secretas:









Pero uno de los cameos más sorprendentes será el protagonizado por el miembro más inesperado de la TIA: la señorita Irma, que recibirá, como está acostumbrada, todas las atenciones del doctor del edificio:


Que el dibujante en cuestión (desde luego no es Ibáñez) haya querido realmente dibujar a la Irma o simplemente ha reproducido el arquetipo de "señora estupenda" de Ibáñez, lo dejo a su opinión, pero no me negarán que la cara, el peinado y la forma del vestido (salvo el color de la parte inferior) es la misma.

Con estas reflexiones nos despedimos y les emplazamos a próximas entregas en las que abordaremos el universo de esta singular comunidad de vecinos.

domingo, 29 de noviembre de 2009

FRANCISCO IBÁÑEZ. PREMIOS INFANCIA


Hoy les acercaremos una nota de actualidad. Nuestro admirado Francisco Ibáñez ha sido galardonado con uno de los Premios Infancia de la Comunidad de Madrid el pasado 20 de noviembre de 2009.


Se trata de uno más de los premios que va acumulando nuestro insigne historietista. El galardón no se ha otorgado a su calidad artística propiamente dicha, sino a su labor "creativa y didáctica".

Sin duda, este enunciado tiene mucho de donde cortar. La labor creativa llevada a cabo por Francisco Ibáñez durante más de medio siglo no tiene parangón en la historia de la cultura española (sí, contando sus periodos "negros" y todo). Sin embargo, de su didactismo hay mucho que hablar.


¿De verdad creen los que han otorgado este premio que Ibáñez quiere o ha querido, en algún momento, enseñar? Pues de eso se trata el didactismo (o didacticismo, si lo prefieren). Esta voluntad educadora resulta obvia en otros autores como Jan, que a través de su serie Superlópez y otras como Pulgarcito ha pretendido inculcar en la juventud una serie de valores como la honestidad, la amistad, los hábitos de vida saludable, el gusto por la lectura, etc. Pero nada de eso parece entrar en el saco de las intenciones de Francisco Ibáñez.


Del mismo modo, algunos podrían pensar que Ibáñez tampoco encaja en el perfil de los premiados, que, según los que otorgan el galardón , son " entidades o personalidades que han destacado por su trabajo en la protección, defensa y promoción de los valores y derechos de la infancia y la adolescencia."


Pocas veces hemos visto a Ibáñez agarrar el estandarte de la defensa de los derechos del niño, y mucho menos actuar como adalid de una serie de valores morales. Sin embargo, y a un nivel más profundo, no cabe duda de que nuestro autor tiene más que merecido este premio. Merecido porque, aunque educar nunca fue su prioridad, como él mismo ha reconocido, gracias a Mortadelo y Filemón y el resto de sus personajes, los lectores de Ibáñez somos más cultos.


Más cultos, sí. Primero porque con sus inefables peripecias le perdimos el miedo a esos "bichitos negros" (Ibáñez dixit) que son las letras, que nos permitieron pasar de Mortadelo a Agatha Christie, de ella a Bécquer y de este a Tolstoi, concibiendo siempre la lectura como un placer, como una actividad divertida que compensaba con creces el mínimo esfuerzo de prestar atención a la escritura. Por otra parte, gracias a Ibáñez muchos descubrimos lo que era un "potingue", un "ungüento", un "paquidermo", etc. Eso solo si hablamos del léxico. Además , resulta innegable que con las historietas de nuestro amado dibujante se nos abrió una primera puerta al mundo: visitamos países exóticos, conocimos lo que era un radiador en ciudades calurosas del sur y nos empapamos de sus múltiples referencias a la sociedad y a la cultura, tanto en su vertiente de anécdota más inmediata como en la referida a los mitos universales que sustentan nuestra civilización. Y es que, señores, todo está en Mortadelo.


En cuanto a la actitud "activista" de nuestro autor, si bien es cierto que no ha estado tan comprometido como otros dibujantes, véase el magnífico autor argentino Quino, Ibáñez, sin saberlo, ha defendido el principal derecho de niños y jóvenes de todo el mundo: el derecho a ser felices. Y esto no es demagogia barata. Somos muchos los que podemos afirmar que gracias a Ibáñez y a su trabajo nuestra vida ha sido y es más llevadera, más placentera, más dichosa.


Solo desde una óptica miope se puede poner en duda la enorme labor didáctica y humanitaria que, a lo mejor no siempre a sabiendas, ha realizado nuestro entrañable amigo Francisco Ibáñez.

Bien por la Comunidad de Madrid a la hora de reconocerlo (no es el único reconocimiento en poco tiempo) y a ver si toman nota otras Delegaciones, pues una sociedad bien nacida ha de permanecer agradecida ante la incalculable labor de ese genio que,a pesar de todo, se califica de "humilde pintamonas".


Esperamos sus comentarios y disculpen el apasionamiento.

domingo, 22 de noviembre de 2009

UN PASEO POR EL MUSEO IBÁÑEZ

Que los cómics de Francisco Ibáñez reflejan la sociedad en que vivimos en todas sus manifestaciones culturales no es ninguna novedad. Una de esas manifestaciones es, sin duda, el mundo del arte. Hoy queremos hacer un recorrido con ustedes por algunas de las grandes obras pictóricas de la historia que han sido retratadas por nuestro autor favorito a lo largo de estos años. Bienvenidos a este paseo por el Museo Ibáñez.

Comenzamos con un clásico entre los clásicos, una obra que no podía faltar en nuestra colección. Se trata de La Mona Lisa (1503-1505) de Leonardo Da Vinci (1452- 1519). La pueden observar en el reciente álbum ¡En la luna! (2008).




A modo de complemento, recordaremos que también José Escobar retrató esta famosa obra en el álbum de Zipi y Zape El tonel del tiempo (1971). Lo mismo podemos decir de la peculiar versión de La Gioconda que Albert Uderzo incluyó en El libro de oro de Astérix (2009).

Una sección propia merecen tener los cuadros relativos al descubrimiento de América, que aparecen en el álbum El quinto centenario (1992), en el que Ibáñez reproduce algunas de las iconografías más caracteríticas del acontecimiento que habría de cambiar la historia.



Las viñetas, referidas al desembarco y a la presentación de los aborígenes a los Reyes católicos, pueden partir de obras y grabados como los siguientes:





Iconografía que también inspiró al gran Jan para el álbum de Superlópez Los ladrones de Ozono (1992):








Y pasamos a continuación a la sala dedicada al Greco, o Doménikos Thetokópoulos (1541-1614), que cuenta con dos versiones del famoso "Caballero con la mano en el pecho" (1580), una homónina, que aparece en la historieta corta de 1990 El sumo y otra titulada "El caballero de la mano en el techo", que encontramos en Esos kilitos malditos (1997).


















Y pasando de los caballeros a las señoras, destacan las del renacentista Rubens, concretamente Las tres Gracias, transformadas ahora en Las tres Garcías, que observamos también en Esos kilitos malditos:












Siguiendo con los autores del extranjero ese, le toca el turno a Rembrandt (1606- 1669), cuya Lección de Anatomía fue versionada, a través de Ibáñez, por el maestro Escobar (huy, qué lío) en Historia corta y discreta del genio de la historieta, anécdota de dos páginas hecha a mayor gloria del padre de Carpanta:






Esta misma obra inspiró a otro grande del cómic europeo, como es Albert Uderzo, quien la parodió en el álbum de Astérix El adivino (1972).








También Velázquez ha sido versionado, aunque esta vez se trata de una fotografía recortada que nos da una idea del talento pictórico del Superintendente Vicente en La elasticina (1980):





Y volviendo a las glorias patrias, ¿quién no recuerda La maja vestida...con traje de astronauta, de Timazo al canto (1994), de Goya (1746-1828)?:





Por no hablar de Los fusilamientos del 3 de mayo (1814), que cobran importancia en la portada de ¡El dos de mayo! (2008), así como en esta viñeta interior:




Además de estas muestras, también hay otras alusiones más o menos claras al estilo particular de algunos pintores como Miró. Comprueben las semejanzas entre la viñeta de Ibáñez en Esos kilitos malditos y un Miró original:


Todo esto sin contar con la multitud de Picassos convertidos en Picotazzos y similares que han pasado por las páginas de Ibáñez, así como la espléndida colección de invención cien por cien propia que nos mostró Mortadelón en su blog cuando habló de A la caza del cuadro (1971).

Después de lo dicho...¿Les sigue pareciendo justo que no dejaran a Ibáñez colgar sus "Mininas" al lado de las "Meninas" de Velázquez?


¡Hombre, por favor!