La historieta
Parque de atracciones coincidió con el auge de dichos lugares de esparcimiento
en nuestro país. A pesar de que el escenario no es de los más usados por
Ibáñez, tampoco es nuevo para el autor, ya que este recreó contextos similares
en la historieta corta ¡A la feria, a la feria!, publicada en el número 16 de
Super Mortadelo (1973), así como en los álbumes Testigo de cargo (1984), La vuelta (2000) y La sirenita (2000). Al igual que en el próximo álbum de la
pareja, El UVA (2003),Parque de atracciones presenta el inconveniente de que en
él, las desgracias no son causadas por nuestros agentes, sino que estos se
limitan a padecerlas. Esto hace que los gags resulten menos eficaces desde el
punto de vista cómico, ya que todo lo que sucede en estas historias parece
arbitrario, lejos de la correcta elaboración de los chistes en épocas mejores.
Como de
costumbre, la historia comienza con un prólogo de cuatro páginas. Al inicio,
encontramos una original presentación del título del álbum que, sin embargo, hubiera
quedado más llamativa si se hubiesen coloreado las letras. En la introducción
destaca la peculiar e irreverente
versión de Ibáñez (y van…) del pecado original, mostrando los cuerpos desnudos
de Adán y Eva, con tal tosquedad que queda eliminado cualquier atisbo de
erotismo. También resulta simpática la comparación entre los parques de
atracciones y la vida cotidiana, donde no faltan las alusiones ya típicas a la
inquisición, las galeras y los trenes de provincias de incesante traqueteo. Hay incluso una cierta alusión al franquismo
a través de la figura del verdugo.
Cuando
nuestros agentes entran en acción, el contexto nos sitúa en la Pensión El Calvario, en unas páginas donde la
escatología campa a sus anchas, con las referencias al bidé, los calzoncillos
sucios de Mortadelo, así como la propia desnudez del agente, que es perseguido
por inmoral por una anciana, en una escena que recuerda a una análoga del álbum
20.000 leguas de viaje sibilino (1994). Ya en la TIA, el Súper expone a
nuestros hombres las anomalías que se están produciendo en Port Chifladura, el
parque de atracciones junto a Samarruga de la Punta, y les encomienda una investigación al
respecto. En la explicación del Súper
hay una referencia a otros de los personajes estrella de Ibáñez: Pepe Gotera y
Otilio.
Las
páginas siguientes alargan el clásico gag de la precariedad del transporte (en
este caso en monopatín), hasta que los protagonistas llegan al parque. Allí,
encontramos dos páginas en las que Filemón lo pasa mal en la zona de los
dinosaurios, con un simpático cameo de Rompetechos, que hace gala una vez más
del idealismo que analizamos en cierta ocasión.
Tras el típico malentendido con un falso saboteador, Mortadelo y Filemón
salen disparados en uno de los autos de choque, lo que dará pie a una de las
situaciones recurrentes del álbum: la dificultad para volver a entrar sin pagar
un euro. Durante las siguientes páginas serán las desbocadas aguas bravas y el
avioncito fuera de control los que causarán problemas a los agentes. Sorprende
la alusión al atentado del 11 de septiembre, que ya le dio quebraderos de
cabeza a Ibáñez al aparecer en la viñeta final de El 35 aniversario (1992).
Hasta
la página 22 no aparece la figura del cura censor, que tan relevante será para
el desenlace de la historia. Hay también una referencia a la saga El señor de
los anillos, que el mismo Ibáñez nombrará en el futuro El señor de los
ladrillos (2004). El trenecito loco ocupará las dos páginas siguientes, dando
pie a un gag en el que entonces presidente José María Aznar queda en ridículo,
en una escena que, por su temática, recuerda a las que habremos de ver en El
UVA. Posteriormente, encontramos dos páginas en la zona de los comanches y
después una escena en un tiovivo descontrolado, que es utilizada por Antonio
Guiral en El gran libro de Mortadelo y Filemón como ejemplo del dominio del
movimiento que tiene Ibáñez. Destaca el momento en que Mortadelo enseña al cura
una estampita obscena, que recuerda a una escena similar de El nuevo “Cate”
(1993). El anticlericalismo del citado álbum se ve subrayado en Parque de
atracciones, por las formas que tiene Mortadelo de deshacerse del molesto
sacerdote y de sus peroratas, algo que también hicieron en Llegó el Euro
(2001).
Las
cinco páginas siguientes cuentan un peculiar viaje en globo de nuestros
agentes, que los deja nuevamente fuera del parque, con la consabida dificultad
para volver a entrar. Una vez allí, Mortadelo y Filemón se convierten en el
desayuno de una orca salvaje, que acaba escupiéndolos cuando Mortadelo le
muestra una imagen de Bush, a quien, según el personaje, “no lo traga ni Dios”,
otro ejemplo del lenguaje poco refinado de esta historieta. No hay que olvidar
que en aquel momento, manifestaciones a lo largo de todo el mundo rechazaban la
invasión de Irak por parte del presidente norteamericano.
Las
siguientes tres páginas, en la montaña rusa, destacan por su marcado dinamismo
y por la mayor complejidad del dibujo, así como de algunas de las perspectivas,
al reflejar tanto los raíles de la atracción como la estructura metálica que la
sostiene. Menos sentido tienen los gags de la zona de los piratas, un tanto
forzados. Finalmente, nuestros agentes encuentran al malo de la historia, el
pesado sacerdote que confiesa que, una vez inaugurado el parque, los fieles no
acuden a su iglesia tanto como antaño, con lo que también se resiente el
cepillo. Nótese la sorna de Ibáñez hacia los curas, ya que detrás del motivo
religioso hay otro puramente económico. Filemón, sin embargo, se muestra cauto
con la jerarquía de la Iglesia y, por una vez, obra con prudencia. En lugar de
sacudir al sacerdote, recurre a la frase atribuida a Don Quijote de “con la
Iglesia hemos topado” y decide llamar al Súper para que decida qué hacer.
Este, aparece acompañado por el cardenal para
que se ocupe del sacerdote. Obsérvese
cómo los asuntos de la Iglesia parecen estar incluso por encima de la
Ley. Ibáñez ironiza también sobre la piedad y benevolencia de la institución,
mostrando al cardenal sacudiendo al cura, después de que este provoque una
nueva explosión. Todo parece acabar bien para los agentes de la TIA y su
superior, quienes se lavan las manos en el asunto, aunque no saben que todavía
les espera una desagradable sorpresa en la última viñeta.Esta forma de tratar a
la Iglesia remarca el anticlericalismo de Ibáñez, que ya se desató en las aventuras de
Rompetechos de la misma época. Aquí encontramos incluso a San Pedro jugando al
dominó y una alusión a la crucifixión de Cristo (pág. 31).
Desde el punto
de vista gráfico, el álbum presenta las características propias de la época. El
lápiz corresponde a Ibáñez y la tinta y el acabado del lápiz son de Juan Manuel
Muñoz. Destaca la complejidad gráfica de
algunas escenas de la parte de la montaña rusa, así como los detalles de fondo,
que el propio ambiente del parque permite que Ibáñez refleje. Abundan también
las siluetas simulando multitudes de paseantes. En cuanto al colorido, es
especialmente agradable con predominio del azul, tanto del cielo como de las
atracciones acuáticas. Uno de los principales puntos en contra de Parque de
atracciones es la escatología, que lejos de hacer el álbum más propio de
adultos, lo infantiliza. Así, encontramos a una persona vomitando (página 2),
una pareja de fondo fornicando (pág. 4), a un tipo haciendo sus necesidades en
la mesa del director de Urrake Air Lines (pág. 20).
El
lenguaje va en la misma línea, llegando a cotas de pobreza hasta entonces
inusitadas, con una continua e infantil alusión al “culo”, al “pito” o jugando
al doble sentido con los “huevos”. Filemón incluso llega a utilizar la palabra
“gilipolleces” en la viñeta 3 de la página 33. Lejos quedan ya términos como
“tarugadas” o incluso las
“giliflautadas” que ya a finales de los ochenta nos escandalizaban. Este
intento de Ibáñez de acercarse al público masivo por la vía de la vulgaridad ha
sido, a nuestro juicio, una concesión que un autor de su talla no necesita.
En
conclusión se trata de un álbum más bien flojo, irrelevante, sin división por
capítulos, lo que hace que parezca que todo transcurre seguido, en un solo día,
sin pausa para el lector. Una historia poco trascendente en la vida de los
personajes, en las que parece que el autor se ha limitado a rellenar páginas con
gags hasta cubrir el cupo de 44.
11 comentarios:
No te creas que me gusta mucho esta historieta como las últimas... Creo que ya lo he dicho, desde El Tirano en adelante ha decaído mucho (por lo menos para mi gusto). Lo que me parece curioso es lo de 20.000 leguas de viaje sibilino que parece una parodia de 20.000 leguas de viaje submarino por el título pero es más bien la parodia de La Vuelta al Mundo en 80 días jejeje. Pues eso ;D
PD.: ¿Qué tal las vacaciones, chespiro? ;D ¿Todo bien? ;D
La verdad es que en esa época cansó que se repitieran demasiados gags de curas una y otra vez, afortunadamente ahora son más esporádicos.
Que por cierto,creo que hablar de anticlericalismo sería un poco excesivo. Sería como si se hablara de racismo por presentar a personajes de raza negra como caníbales.
Durante un tiempo le gustó esa fórmula hasta que se cansó y la empleo sólo con Rompetechos.
Bienvenidos a los dos de nuevo. No sé, Raw, yo sí veo un componente anticlerical bastante fuerte en las historietas de esta etapa.
Manel, muy acertada tu observación sobre 20.000 leguas de viaje sibilino. Las vacaciones genial, gracias.
Chespiro por si esto te sirve para alguna entrada veras como 20.000 leguas de viaje sibilino es la Vuelta al Mundo en 80 días. El Súper les dice a Mortadelo y Filemón que tendrán que buscarse la vida, nada de tecnología moderna (En la vuelta al mundo en 80 días no había nada de eso). En esa misma página observa el mapa que les enseña el Súper con la ruta a seguir (mapamundi) y compáralo con el de Julio Verne aquí: http://e-ducativa.catedu.es/44700165/aula/archivos/repositorio//1250/1286/html/Around_the_World_in_Eighty_Days_map.png
Además uno de los lugares es la India, Calcuta que es donde Fileas Fog tuvo su primera putada teniendo que atravesar la selva donde conoce a la princesa Audora. Hay otro momento con una serpiente vieja y un encantador ¿Te recuerda a Willy Fog cuando Rigodón la hipnotiza y tico se da cuenta cuando le pica que está vieja?. Pues eso ;D
Ah y una última cosa... Mortadelo y Filemón llegan a Lugo en un barco de papel ¿Será porque Fileas Fog llegó a Liverpool únicamente con el barco sin el armazón de madera porque tuvo que quemarlo para llegar antes de tiempo secuestrando al capitán? ¿Podía haberles hecho llegar Ibañez a Lugo buceando tranquilamente o es casualidad o bien lo más típico? Ya sabes que muchas veces en temas de mar Mortadelo y Filemón no llegan concretamente en barco, a veces con ayuda de torpedos, a nado,cascos de buzo o artilugios raros debidos al escaso dinero ;D
Sin duda, existen esas semejanzas, Manel, aunque no creo que Ibáñez haya sido consciente de todas ellas, jeje.
Bueno quien sabe Chespiro, a lo mejor simplemente es un "homenaje" a esa novelta tan famosa. Ya sabes que mucho autores hacen este tipo de cosas pero vamos quizás sea coincidencia (o quizás no) simplemente eso jeje.
A mi las imágenes del tío potando (eso me pasó a mi en el Draghon Khan de Port Aventura xD) o aquellos en la barca que parecen retozar, no me llaman mucho la atención, quiero decir que, al menos, no desentonan.
Pero lo del lenguaje sí que no me gusta nada. Gilipolleces sobra totalmente.
Felicidades por la nueva reseiña, Chespiro!
¿No has pensado en escribir un libro con reseñas de todas las aventuras largas de My F?
Pensarlo,lo he pensado, Cartillero. Pero,¿qué dirían en Ediciones B? jeje
¿Cuánto tiempo te cuesta hacer cada una de esas reseñas? Con lo exhaustivas que son, supongo que bastante.
La verdad es que llevan su tiempo, no. Pero bueno, ya sabes lo que dicen de la sarna con gusto...
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