Si hace algunas semanas publicamos una entrada sobre las historietas cortas de Mortadelo y Filemón que transcurrían en un estudio de televisión, hoy queremos hacer lo propio con "El aniversario", historieta guionizada y dibujada por Ramón Mª Casanyes en la que, al igual que en las de Ibáñez, nuestros agentes visitan un estudio de televisión. Consideramos que la historia en cuestión contiene los suficientes elementos distintos como para dedicarle un comentario, además de ser una magnífica demostración del talento que esgrimió Casanyes a la hora de imitar el estilo de Ibáñez.
En esta aventura, los agentes de la TIA deberán capturar a un saboteador que pretende echar a perder la celebración del 25 aniversario de Radio Televisión Española. La historia comienza con un gag brillante en el que el Súper sopla un inmenso cuerno para llamar a Mortadelo y Filemón. Lo que el lector no espera es que los agentes estén echando una siestecita precisamente dentro del cuerno vikingo. A continuación, se suceden un par de gags en los que nuestros hombres muestran su ignorancia con respecto a lo que significan las siglas RTVE, algo que saca de quicio al Súper; un gag en la mejor tradición de Ibáñez. También hay que destacar el gag de las "letras del coche", que evidencia la estupidez congénita de Mortadelo.
Al igual que en las historietas "televisivas" de Ibáñez, nuestros agentes consiguen entrar haciéndose parar por famosos de la pantalla del momento: concretamente Gaby y Fofito, mientras que el malo lo hace caracterizado como Miliki. Tampoco falta la referencia a los mostachos del señor Íñiguez, una de las referencias de las historietas cortas de Ibáñez de esta misma temática. Los sabotajes del villano de turno, cada cual más divertido, amenizan la investigación de nuestros agentes (solo de cara a los lectores, claro).
Sin embargo, uno de los puntos álgidos de la historia lo encontramos cuando aparece el propio Francisco Ibáñez, caricaturizado por Casanyes, que acude a los estudios de RTVE para que le hagan una entrevista. Aquí es donde el autor de esta historieta despliega toda su guasa y regocijo, mostrando a un Ibáñez que llega en un coche plagado de billetes, aludiendo al hecho de que ya no sabe dónde meter tanto dinero. Tampoco falta la escena hiperbólica en la que la gente pugna por conseguir un autógrafo de Ibáñez mientras otros se pliegan a su paso. Durante todo momento, Ibáñez adopta una actitud de divo que él mismo ha cultivado socarronamente en historietas cortas como Hacer un extraordinario...¡Jo, menudo calvario!, cuya reseña pueden encontrar a su derecha, al tratarse de una de las entradas más populares del blog.
Tampoco falta la cariactura de la supuesta cicatería de Ibáñez, que él mismo ha parodiado en alguna historieta. Así, cuando por obra del saboteador cree que lo secuestran, el famos dibujante grita "¡Que nadie pague rescate!" Aunque Casanyes siempre ha negado que sus historietas contuvieran ninguna indirecta hacia el padre de Mortadelo, en este mismo blog hemos reseñado algunas otras alusiones a la esclavitud de Ibáñez ante el tablero y al sueldo que gana con sus historietas. Pueden encontrarlas aquí y aquí. De lo que no cabe duda es de que Casanyes sabe heredar la ironía socarrona de Ibáñez y, por qué no, un puntito de mala leche a la hora de hacer caricaturas, para mayor regocijo del lector. Por otra parte, la historia se salda con nuevas muestras de la habilidad de Mortadelo, quien no solo consigue atrapar el malo, sino que da una solución a sus ansias de protagonismo, consiguiendo que se contente con salir en las pantallas de los paneles de seguridad de la penitenciaría donde lo ingresan.
La figura del villano, muy entusiasta y vital, nos recuerda irremediablemente a la de otro personaje de Ibáñez: el pequeño agente de la KGB de Moscú 80 (1980). En algunas de las siguientes ilustraciones, presentamos imágenes originales de Ibáñez que, seguramente, les recordarán a las que reprodujo Casanyes en su historieta corta, una de las más reseñables de su carrera, por cierto.
4 comentarios:
Siempre ha sido muy característico de Casanyes esas sonrisas tan abiertas.
Y desde luego en no pocas ocasiones ha sido Ibáñez un secundario de las cortas de Casanyes, aunque los gags de "megalomanía" los recuerdos más posteriores por parte de nuestro Ibáñez a los que representó Casanyes.
¿Crees que Ibáñez se basó en Casanyes en lo de la megalomanía? No sé, no sé...
No, en absoluto! sólo es que creo que se da esa circunstancia temporal, pero en modo alguno de influencia.
Lo mismo pienso yo.
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