En realidad, se trata de una técnica no demasiado distinta a la empleada por Ibáñez en sus álbumes de 44 páginas, y se aplicó también a otras series del autor como Pepe Gotera y Otilio o El Botones Sacarino.
Lo realmente interesante es el juego que realiza Ibáñez con los espacios, con estos huecos. Así, el autor, lejos de dejarlos en el extremo izquierdo de la primera viñeta, sin más, decide jugar con estos vacíos, que integra en la historieta "camuflados" entre los distintos elementos de la ilustración.También encontramos soluciones simples, como la de dejar, sin más, el hueco en blanco sobre la viñeta, como se ve en la primera ilustración de este post. Pero tenemos que decir que estos casos son los menos frecuentes.
En otras ocasiones, la originalidad es mayor, al dejar el espacio entre dos ilustraciones, como es el caso siguiente, donde el título debería actuar como elemento separador de viñetas, evitando el extraño efecto que se produce aquí:
Como saben, Bruguera tenía la costumbre no solamente de suprimir el nombre de la serie y del autor, sino incluso la firma de este (si bien es cierto que esta tendencia no fue duradera y que los dibujantes "titulares" solían aparecer acreditados). No sabemos si con la intención de hacer ver su firma, Ibáñez la situó en más de una ocasión dentro de un recuadro que, contra todo pronóstico, también fue vaciado en ocasiones.
El lector juzgará si en la viñeta siguiente el recuadro blanco ocupó en su día la firma de Francisco Ibáñez. Nosotros apostaríamos que sí, pues su inclusión es totalmente innecesaria dentro de la ilustración, sino que su forma trapezoidal nos recuerda al antiguo cartucho en el que Ibáñez solía incluir su rúbrica, años antes de comenzar a "animarla".
¿Qué opinan ustedes?
7 comentarios:
¡Qué curioso el último! Pertenece a "El antídoto", ¿verdad? Debería mirarlo para estar seguro, pero en una edición más tardía de este cómic rellenaron ese hueco con un texto que ponía algo así como "unas horas más tarde ...", haciendo notar que el precipio era taaaan profundo que Mortadelo necesitó varias horas para bajar hasta el final para rescatar al jefe del impacto. Hablo de memoria y no puedo asegurarlo, a ver si cuando llegue a casa lo miro. Ahora quedará como misterio saber si iba una firma o si es que al rotulista se le pasó escribir esa frase en su primera edición.
Uy, me hago viejo: ¡no pertenece al antidoto, se me va la olla! ¿Es de esas historietas cortas de 2 páginas que tenían varios episodios, verdad? (que recopilaron en a la caza del caco etc). Ostras, estoy muy desentrenado con Mortadelo. De todos modos la buscaré porque también tengo ediciones más modernas de este cómic y me suena que le hicieron un arreglo a ese hueco en blanco ;)
No te extrañe, Óscar. Efectivamente, pertenece a los seriales.
Uoo,que extraño ...xD
Muy bueno tu blog,CHespiro!! :)
Gracias, VND. Me alegro de que te guste.
Es curioso lo del relleno de los huecos. No había caído en ello y eso que leí varias historietas largas por entregas. Aún recuerdo con mucha nostalgia aquellas revistas: Mortadelo, Mortadelo especial y Mortadelo gigante.
Tiene poco que ver con el tema de este artículo pero recuerdo haber leído historietas de Pepe Gotera y Otilio donde las filas de viñetas continuaban cada una de página par a impar imposibilitando la lectura con apertura de página de 360º.
¿Alguien sabe algo sobre esta curiosidad en otros personajes?
Un saludo.
Curro.
Sí, precisamente en ese formato "debutaron" Gotera y Otilio.
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