domingo, 11 de noviembre de 2012

EL OTRO "YO" DEL CONDE DE CHAMPIGNAC



No es extraño que las diferentes series de cómic infantil o juvenil tengan entre su elenco protagonista algún científico o inventor que dé algo más de salsa a las aventuras del grupo. Así, en Tintín tenemos a Tornasol; en Astérix a Panorámix; en Spirou a Champignac y en Mortadelo al profesor Bacterio. Las ventajas de incluir un personaje de estas características son obvias: abre infinitas posibilidades con sus inventos y permite introducir a los protagonistas en situaciones fantásticas que, de otra manera, no se explicarían.

                El mismo Ibáñez ha reconocido en más de una ocasión las virtudes de Bacterio desde el punto de vista del guion, pues los inventos del profesor le han sacado de algún atasco creativo en diferentes momentos de su carrera. Dicta el tópico que el científico (o inventor, o druida) de estas series de cómic sea un tipo si no loco, algo excéntrico en sus hábitos y comportamientos. Lo cierto es que Bacterio no cumple del todo con este arquetipo, pues, por más chiflados que parezcan sus inventos, el profesor no es un lunático. Todo lo más, un tipo despistado que vive embebido en sus creaciones, una mente inquieta y algo chapucera que, no obstante, tiene en su haber varios inventos notables, algunos de los cuales, incluso, funcionan correctamente.

Desde que debutara en El sulfato atómico (1969), Ibáñez se dio cuenta de que el barbudo científico sería fundamental para el desarrollo de su serie, y no tardó en hacer que su nombre apareciera en el título de dos aventuras fundamentales de la época dorada de Mortadelo: Los inventos del profesor Bacterio (1972) y El otro “yo” del profesor Bacterio (1973), ya reseñada en este blog. 

  Una relectura de esta y otras obras nos ha planteado la posibilidad de que El otro “yo” del profesor Bacterio esté basada en una historieta de Spirou que Franquin firmó bajo el título de El pánico llegó por teléfono en el año 1959. Realmente, el tema no es demasiado novedoso, pues desde la mítica novela  El extraño caso del doctor Jekill y Mr. Hyde (1886), de Robert L. Stevenson, el tópico de la otredad ha sido desarrollado en diferentes medios siguiendo este mismo modelo.

                Sin embargo, varios elementos de la obra de Franquin, guionizada por Greg, nos permiten establecer algún paralelismo entre esta historieta corta  y el álbum de Ibáñez, cuya devoción por la obra de Franquin ha quedado más que demostrada a través de múltiples “inspiraciones” por parte del autor español. En primer lugar, encontramos que en ambos casos el científico se toma su propio brebaje. Dicho brebaje, en ambas obras estimula el subconsciente del individuo, a quien no se puede responsabilizar de sus acciones, encaminadas a sembrar el caos por donde pasa. 



                Fundamental es la importancia que se le concede al teléfono en ambas historietas. En la de Franquin incluso ocupa un lugar  destacado en el título, debido a la escena en la que Champignac habla con Spirou y los efectos del brebaje empiezan a hacerse evidentes. En la obra de Ibáñez, Bacterio será quien llame al Súper tras cada gamberrada, compartiendo con el conde de Champignac la risa histérica de niño travieso y desquiciado. También la forma de hablar de ambos personajes a la hora de explicar sus planes y “hazañas” recuerda sobremanera. Véanse algunos ejemplos:

“¡Jejeje! ¡Diablos! ¡Ja! ¡Ja!...¡Yo me divierto!...Y mañana, ¡Bum! ¡Ja! ¡Ja! ¡Ja! ¡La cabeza del alcalde!...¡Cuarenta litros, señor!...¡Ji! ¡Ji! ¡Bum!...Y toda la ciudad…”  (Conde de Champignac).

“¡Sí, el león suelto! ¡Ja, Ja! ¡Y el cocodrilo,en lugar de la foca! ¡Jo, jo! ¡Y un cangrejo en el zapato del director! ¡Y voy a por más! ¡JUAAA, JUA, JUA!” (Profesor Bacterio).

                No se puede acusar en este caso a Ibáñez de plagio, en todo caso sería una inspiración en esta historieta de Franquin y Greg, pues lejos de seguir exactamente el mismo patrón, solo poseen algunos elementos coincidentes. De hecho, como reconoce el mismo Franquin, la historia en sí no es original, pues él mismo recordaba un cómic de Disney en que el Caballo Horacio sufría un proceso similar y perdía la cabeza durante algunas páginas. En  todo caso, siendo Ibáñez un reconocido discípulo de Franquin, no estás de más que apuntemos la coincidencia entre ambos autores.

Saludos, amigos.

9 comentarios:

Anónimo dijo...

Magnífica reseña . Qué grande es el Bacterio ... uno de los grandes personajes de Ibáñez ; qué pena que lo tenga tan abandonado . ¿ Podría haber tenido serie propia Bacterio ? Ahí dejo la pregunta ... Yo afirmo con rotundidad que sí .
TEBEOS .

Chespiro dijo...

No sé si Bacterio daría para su propia serie. Lo que está comprobado es que es un extraordinario personaje secundario...aunque Ibáñez cada vez lo use menos.

El Viejo dijo...

Pues es una pena porque es un secundario maravilloso, de los mejores de la colección.

Me parece, caballero, que la hipótesis de esta entrada no es nada descabellada.

1 abrazo

Chespiro dijo...

Es, por lo menos, posible. Un abrazo, amigo.

maginelmago dijo...

Sí que da, sí. Cuando el Bacterio aparece los demás personajes desaparecen ante el eco de las risas que provoca el inventor y sus inventor. Los personajes ineludiblemente se tienen que dirigir a él continuamente: "Eso, eso, al mar... el invento y el inventor"...

El Pánico llegó por teléfono como origen del Bacterio es algo de lo que hace años que se habla: http://www.ojodepez-fanzine.net/latiacomforo/viewtopic.php?t=1175&start=0&postdays=0&postorder=asc&highlight=p%E1nico+bacterio

Sobre inventicos del Bacterio: http://www.ojodepez-fanzine.net/latiacomforo/viewtopic.php?p=6715&highlight=p%E1nico+bacterio#6715

Chespiro dijo...

Llevas razón, Magin. Incluso yo mismo comenté, aunque no lo recordara.
¿Fuiste tú el primero que planteó las semejanzas entre ambas historietas?

Anónimo dijo...

Un ejemplo mas moderno sería el profesor Frink en Los Simpson, que siempre que sale un tema ligado a la ciencia lo hacen aparecer como recurso cómico.

Chespiro, me encanta tu página. Me gustaría ponerme en contacto contigo para hacerte una sugerencia que puede ser de tu agrado. Mi correo es Padin_neng@hotmail.com

Chespiro dijo...

Gracias por tu comentario. Tomo nota de tu correo y me pondré en contacto contigo.

Anónimo dijo...

Pues a veces si que hay plagios y muy descarados. Recuerdo que en un tebeo de Lucky Luke los Dalton se fugan de la cárcel. Va Lucky Luke al penal y le enseñan por donde han escapado los Dalton. Estos en vez de hacer un agujero por donde salir los cuatro, cada preso ha hecho un agujero por el cual escapó posteriormente. Lucky Luke vió aquello y dijo algo así como que los Dalton eran estúpidos por no pensar en eso precisamente, que para escaparse bastaba hacer un solo agujero por el cual salir todos. Pues bien, el mismo "gag" nos lo encontramos en la historia de Mortadelo y Filemón "contra el gag del chicharrón". En ese tomo nuestros agentes detienen uno por uno a cada miembro de la banda pero luego en el episodio final toda la banda al conjunto opta por escaparse para volver a hacer de las suyas. Mortadelo y Filemón se pasan por donde estaba la banda detenida y se encuentran con una pared llena de agujeros, uno por cada miembro de la banda y Filemón comenta que los del Chicarrón son tontos por no hacer un único agujero por el cual escapen todos.
Mire por internet aparte y me encontré más cositas:
http://mortadelo-filemon.es/content?q=Y2F0X2lkPTQ4JmN0Z19pZD0xMDcmcG09YmxvZyZvZmZzZXQ9Ng%3D%3D#.VyDgl9SLRkg
Y el caso es que en su día, de más niño encontré algún que otro plagio pero no los recuerdo pero si se me quedó grabado el de Lucky Luke.