Seguimos con nuestro repaso de las historietas cortas de Mortadelo y Filemón. Como ya hemos señalado en otras ocasiones, seguiremos, por práctica y sistemática, la clasificación que de las historias cortas de los setenta hizo Miguel Fernández Soto en El mundo de Mortadelo y Filemón. Esta vez, abordaremos el apartado que el autor de Cartagena tituló (basándose en el título de una de las historietas) "Bollos en directo".
Esto nos lleva a un escenario no demasiado utilizado por Ibáñez a lo largo de los años: un estudio de televisión. Las dos historietas que vamos a analizar se fechan a mediados de los años setenta, época en la que el televisor ya se había consolidado como un electrodoméstico indispensable en, prácticamente, todos los hogares españoles. Para nuestro autor, el plató de la televisión constituye una excusa, un nuevo escenario para desarrollar sus gags.Probablemente, y dada la popularidad de que gozaban ya Mortadelo y Filemón por aquella época, nuestro autor ya hubo sido entrevistado en algún espacio televisivo y podría tener una cierta idea de los bastidores de los programas de la pantalla chica.
La primera de estas historietas se titula Especial T.V.,tiene seis páginas y data de 1976.En ella, tras un chiste inicial referido al mensaje del Súper, camuflado en un bocadillo, el Súper comunica a nuestros hombres que se ha introducido en los estudios de televisión (solo había una cadena entonces) un experto en sabotaje, por lo que los agentes deben ir a investigar.
Una vez allí, se les plantea la dificultad de colarse sin despertar sospechas, por lo que Mortadelo alude a la figura de Rodríguez del Chorrito, referencia al por entonces popularísimo Félix Rodríguez de la Fuente.Otro cambio de nombre simpático es el de los estudios de "Hierbazal del Conde"; en lugar de "Prado del Rey". Sin embargo, la principal alusión se referirá a José María Íñigo, aquí camuflado bajo la identidad de Mostáchez, el rey de la interviú. Otra referencia a este conocido presentador la encontraremos en el álbum Los gamberros (1978), donde un bigotudo Míster Iñigosky, presidente de siete cadenas de televisión sufrirá a nuestros hombres.
Volviendo a nuestra historieta, lo más destacable de ella es la involuntaria persecución de Mortadelo hacia Mostáchez, quien acabará siendo víctima de su torpeza. Sobresale la escena en que una cámara situada en altura cae aplastando al presentador y la secuencia en la que Mortadelo aparece por debajo de la mesa cuando este está haciendo una entrevista a un viejo lobo de mar (resulta hilarante cuando frota la calva de Mortadelo, creyendo que es el recio pelo del marinero). Finalmente, resulta que el experto que pululaba por el estudio no lo era en sabotaje y sí en cabotaje (equívoco similar al de En la Olimpiada- 1972). Esto llevará a Mortadelo, verdadero protagonista de una historieta en la que Filemón queda en segundo plano, a vengarse del Súper, por lo que tendrá que huir al desierto, acompañado de su (en esta ocasión) solidario jefe.
La historieta, aunque parezca inocua, no está exenta de críticas al mundo televisivo. En ella, Mortadelo es capaz de sacar, mediante la subversión que supone el humor, la verdadera cara de las estrellas de la pequeña pantalla, alejadas del glamour y amabilidad de que hacen gala frente a la cámara. "¡Qué carácter! ¡Y por la tele que parece un tío simpático!", dirá Mortadelo de Mostáchez. Ibáñez, que nunca se ha mostrado muy entusiasmado con la televisión, refleja la falta de originalidad de la misma cuando sitúa de fondo una oficina destinada a la creación de nuevas ideas y en ella aparece un tipo durmiendo. Estos detalles de fondo, concretamente los carteles de las paredes, serán abundantes en esta corta historieta,al igual que ocurría en la serie de Ibáñez Godofredo y Pascualino, viven del deporte fino.
La segunda historieta alusiva al mundo de la televisión es de 1977, también de seis páginas y se titula Bollos en directo. En ella, nuestros hombres tienen que investigar algunos robos que se han producido en los estudios de televisión y encontramos ecos de la anteriormente analizada. Así, algunas referencias son idénticas, como la de "Rodríguez del Chorrito", mientras que otras apenas suponen una ligera variación: "Hierbazal del Soberano" será ahora la referencia a "Prado del Rey". Algunos gags son también parecidos: si en uno es Mortadelo el que se sube en una cámara que sale disparada, en esta será Filemón quien lo haga. Del mismo modo, una nueva cámara elevada volverá a caerse aplastando a alguien. Este último gag lo encontramos también con la cámara de televisión que aparece en el álbum Misión: Triunfo (2002).
El espíritu de la Transición aflora ya tímidamente en esta nueva historieta en la que Ibáñez se permite desmontar el falso discurso de los políticos, que queda puesto en evidencia gracias a un decorado de cartón-piedra. Extraordinario es el momento en que el discurso de un preboste se convierte en un balido de oveja a causa de un golpe que Mortadelo le da al micrófono. Este gag llega a su punto más divertido cuando por obra y gracia del calvorota se confunden las imágenes de un embajador y su séquito con la de unos cerdos bajando de un vagón. Este tipo de chistes, de enorme hilaridad, los perfeccionará Ibáñez en algunas de las mejores escenas de El preboste de seguridad (1985). Finalmente, la premisa del Súper vuelve a ser un error, lo que desata los deseos de venganza de sus agentes. En esta historieta aparecen un par de alusiones a personajes populares de la época. Así, Mortadelo se disfraza de uno de los payasos de la tele e incluso del por entonces popular Marco, cuyas aventuras en cómic serían dibujadas en España por Jan.
En conclusión, podemos decir que los recursos cómicos que ofrecen los platós de televisión son bien aprovechados por Ibáñez, quien, aunque no se prodigó por estos escenarios en sus historietas, demuestra que su humor se adapta perfectamente a este nuevo ambiente. Si bien es cierto que la segunda historieta tiene el lastre de la excesiva influencia de la primera, no es menos cierto que tanto una como otra son sumamente divertidas.
4 comentarios:
Me encantan esas historietas cortas, son dos de mis preferidas.
Hoy en día disfrutaría viendo como MyF hacen sus trastadas a los integrantes de los programas y realitys basura de Telecirco jejeje >:D
Por una parte, sería una buena idea. Por otra, creo que esos programuchos no merecen siquiera la atención de Ibáñez.
De todas formas, 44 páginas con esa temática puede estar bien.
Estoy de acuerdo con Raw, con telecinco; Ibáñez tendría toneladas de aventuras descacharrantes, pero tambien te apoyo, Chespiro, esos programas no merecen aparecer ni en el papel de baño (sin ánimo de ofender. Grandes entradas las tuyas como siempre.
Saludos.
Gracias por tus palabras, Mortadelías.
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