domingo, 23 de octubre de 2011

LAS EXPLICACIONES DE VICENTE: TEORÍA Y PRÁCTICA

"A veces un diálogo que yo lo comprimo y lo meto en una viñeta, pues esos diálogos a veces se subdividen en varias viñetas, con lo cual el personaje empieza a hablar, en la siguiente sigue hablando y está allí en la lejanía con una gaviota en primer término que queda la mar de bonito. En la tercera se ve debajo del mar que hay un besugo y la voz viene desde arriba que dice cosas muy bonitas. Y así todo igual y van ocupando cuadros y cuadros y llegas al final de la página y resulta que una sola conversación entre dos personajes te ocupa toda una página. Eso la gente no lo quiere. La gente quiere que vayan ocurriendo cosas. Yo he de comprimir al máximo, y comprimir al máximo no me permite eso, porque en cada viñeta los personajes tienen que estar haciendo algo distinto, que se tiene que ver. Se tiene que ver".

Francisco Ibáñez, U, el hijo de Urich, nº 8, 1998.

En el fragmento anterior encontramos unas declaraciones de Francisco Ibáñez en las que se ve su apuesta clara por el dinamismo y la variedad dentro de su historieta. Como ven, Ibáñez ironiza sobre los alardes de dibujo de otros autores, que gastan, para una simple conversación viñetas y viñetas buscando el ángulo, el escorzo, la perspectiva del personaje...para acabar ocupando una página entera en una sola conversación.



En los cómics de Ibáñez no ocurre esto. Al contrario, las acciones se suceden de forma atropellada y el ritmo siempre es acelerado, a causa del movimiento continuo de sus personajes, siempre envueltos en situaciones en las que el humor físico es el plato fuerte.

¿Qué hacer, entonces, cuando no hay más remedio que incluir una explicación? Es cierto que las historietas de Ibáñez no tienen un argumento muy complejo, pero hay momentos en los que, necesariamente, hay que exponer una serie de ideas básicas para el desarrollo de la trama.



Estos diálogos provienen en su mayor parte del Súper, por ser él quien expone las misiones a sus agentes. Aun así, hay que destacara la capacidad que tiene Ibáñez de condensar diálogos, de manera que en muchas ocasiones toda la misión queda explicada por parte del bueno de Vicente en cuatro o cinco bocadillos. Sin embargo, como dice Ibáñez, "la gente quiere que vayan ocurriendo cosas". ¿Cómo solventa Ibáñez esta falta de movimiento y de acción que parecen sugerir los diálogos y las explicaciones?






La solución práctica la tenemos en muchas de sus historietas. En ellas, durante las explicaciones del Súper, solemos ver cómo los personajes que escuchan están desarrollando acciones paralelas, que pueden o no tener que ver con lo que dice su superior. Así, podemos ver a Mortadelo y Filemón discutiendo entre ellos mientras su jefe habla, o bien directamente el Súper puede estar golpeándolos mientras expone el caso en cuestión. Será frecuente también que los personajes estén reponiéndose de algunas de las agresiones de las que han sido víctimas: poniéndose en remojo, secándose el sudor, metiendo las extremidades en agua, etc.


Como se puede comprobar, este es otro de los recursos que utiliza Ibáñez para que la lectura de los diálogos de texto más o menos extensos no se hagan pesados para el lector. De la mano de nuestro autor, podemos estar seguros de que hay detrás una acción paralela que, sin duda, nos va a hacer reír.

Y luego se preguntarán por qué es el autor de humor más vendido en España.

5 comentarios:

El Viejo dijo...

Una lección pragmática y fácil de narrativa. Muy oportuno el maestro Ibáñez.

Don Guri dijo...

Un detalle que a primera vista pasa desapercibido, pero que es un detalle de maestros. Anda que no tienen guasa mucha de esas acciones paralelas a las explicaciones.

Por cierto, el ultimo parrafo de esta entrada... no deberia estar situado unos parrafos antes?

Anónimo dijo...

Vamos , lo contrario a E.P. Jacobs . Y que conste que me encanta "Blake y Mortimer" . TEBEOS .

Chespiro dijo...

Debería, Don Guri. Se ha movido al subirlo. Gracias por advertírmelo, lo edito de nuevo.
Gracias a todos por vuestros comentarios.

Easmo dijo...

Pragmatismo en estado puro. Ibáñez aún puede enseñarnos más de una o dos cosas ¿eh?