La misma portada de la edición en tapa dura del álbum presenta un guardia urbano que será un remedo del dibujado por Ibáñez para la portada de El balón catastrófico (1982). Este dato resulta sintomático y simbólico de lo que después será la historieta. La historia comienza con tres chistes iniciales relativos a los empleos anteriores de los personajes. Mientras que el de Tato es un chiste-tipo, la imagen de Chicha haciéndole las uñas a un elefante la encontramos ya en una historieta corta de Mortadelo y Filemón de finales de los sesenta a la que, agrupada con otras, se le ha dado el título de “Situaciones complicadas”. El chiste de Clodoveo “haciendo un crucero” se encuentra ya en la portada del número 245 de la revista Mortadelo.
Nuestros protagonistas, ante el desengaño de lo que ofrece la oficina de empleo, proponen montar un “negociete” para realizar chapuzas varias, cuya sede, dada la escasez de capital de los tres inversores será un cuchitril mal techado en plena calle. El hecho de que los protagonistas sean tres parados permite a Ibáñez una ubicuidad similar a los “camuflajes” de sus agentes de la TIA: pueden desempeñar todo tipo de empleos en distintos contextos, favoreciendo así la sucesión de gags.
La entradilla del segundo episodio, de seis páginas, hace referencia a las deudas en el bar de Joro del trío, aunque la coherencia del álbum es tan escasa que este prólogo solo se mantendrá en los capítulos 3 y 4 del álbum. Una sucesión de gags completan este capítulo, cuya idea inicial se encuentra en la historieta corta de Pepe Gotera y Otilio publicada en el Tío Vivo. Extra de Verano de 1971, de donde se copia también literalmente el gag de la silla calentada por el soplete. Del mismo modo, el colofón, con el aire acondicionado echando un chorro de fuego parte también de una historieta de finales de los sesenta que se ha rebautizado con el título de “Aire acondicionado”, también de los entrañables chapuzas de Ibáñez. Como curiosidad, en este episodio aparece un Mortadelo en un cuadro que, por una parte, confirma que Ibáñez no es el autor de los dibujos de este álbum y, por otra, supone un cierto desafío, pues hay que recordar que en esta época el autor no era aún el dueño legal de sus creaciones. El gag que se deriva de la contemplación del cuadro lo encontramos previamente en la historieta de Pepe Gotera y Otilio publicada en el número 345 de Tío Vivo, allá por 1967.
El siguiente tramo consiste en el arreglo de una apisonadora, volviendo a la base de Pepe Gotera y Otilio, tanto en ideas, viñetas como en diálogos que suponen un calco casi literal. El agujero en el techo, el reloj destrozado, los golpes en la cara con la apisonadora e incluso algún diálogo de los secundarios han sido extraídos sin contemplaciones de las historietas de los chapuzas. Por último, el episodio final, de cuatro páginas, culmina con insulsos chistes en torno a una moto sin frenos que acaba agrediendo a la policía en repetidas ocasiones, con lo que Tato y Clodoveo terminan en la cárcel, dando así por finalizado el negociete de los protagonistas.
Insistimos en que, aunque este álbum esté en general bien valorado, lo cierto es que supone una temprana pérdida de la esencia de los nuevos personajes de Ibáñez. Así, Clodoveo se transforma aquí menos que en las historietas anteriores y solo en alguna ocasión parece que el autor se ha acordado de esta cualidad de su personaje, intentando explotarla en varias páginas seguidas. Del mismo modo, Tato parece estar mucho mejor de la vista, pues solo en ocasiones puntuales cae en las confusiones visuales que lo caracterizaban anteriormente. Por su parte, Chicha empieza aquí a perder protagonismo, así como algunos rasgos como su afán desmedido por “la marcha” (más atenuado ahora) y los imprevisibles objetos que podían ir apareciendo de su bolso. En cuanto a Salmoneto, ni siquiera aparece, a no ser que sea él el gato que aparece en la página quinta del álbum.
Desde el punto de vista gráfico, la factura es buena, y el coloreado por acuarela (será la última historieta con esta característica) contribuye al resultado final positivo. Sin embargo, el estilo no parece ser totalmente de Ibáñez. Es más, diríase que hay dos manos (ninguna la del maestro) que se alternan en el dibujo de personajes. Aunque muy hábiles a ratos, el calco literal de viñetas anteriores, ciertas expresiones, la simplicidad de algunos personajes, el “Mortadelo” colgado en la pared, etc., nos dicen que Ibáñez no dibujó esta historieta. Solo ofrece duda la segunda mitad de la plancha segunda, en la que además de un título bastante atractivo de diseño, hay una secuencia en la que se suceden las transformaciones de Clodoveo, tal vez lo más atractivo gráficamente de la historia. No es descartable que Ibáñez mismo realizara esa parte importante del álbum.
En cuanto al guion, parece poco propio de Ibáñez ir rastreando literalmente en su obra anterior para buscar situaciones exactas, al menos de una forma tan burda y mecánica. Parece más un trabajo de equipo en el que se han ido “recortando y pegando” escenas que pueden rellenar los distintos episodios. Sí es probable que la idea general, muy básica, por cierto, sea de Ibáñez, pero el desarrollo parece más una labor de su grupo de ayudantes. Hay, no obstante, un esfuerzo desigual para que el producto parezca obra del autor catalán, con sus referencias a la política del momento (Santiago Carrillo) o a tópicos recurrentes como la avanzada edad de Raf (aludida en dos ocasiones).
Lamentablemente, este álbum, aunque pueda resultar entretenido, supone una involución en la historia de Chicha, Tato y Clodoveo, que pasan a convertirse en unos Pepe Gotera y Otilio con defectos ocasionales de vista (Rompetechos) y capacidad de transformación (Mortadelo) y, lo que es peor, con gags literalmente sacados de su obra anterior. Una lástima que Ibáñez no aprovechara la nueva etapa de su carrera para hacer algo nuevo y volviera sobre sus pasos para mirar otra vez hacia su propio universo, ya algo desgastado en ciertos aspectos.
12 comentarios:
- Yo como NUNCA he visto un comic de estos tres simpaticos personajes como que no puedo aportar mucha critica a ellos , parecen majos ( como lo fue Tete Cokete ) pero el tiempo como que pierde a los personajes . Oye, ¿ no sabrás cuando echarán el Super Humor 46 ? , según Victor1988 sera sobre " Chicha , Tato y Clodoveo ?....XD. SAludos.
Ya está en la calle, Bigotito. Gracias por el comentario.
Es curioso que se basen tanto en un personaje concreto como Pepe Gotera y Otilio. ¡Buen ojo!
Digamos que vienen a ser un refrito de Mortadelo y Filemón (misiones, peleas por la incompetencia de alguien y un personaje ejerciendo de Súper), Pepe Gotera y Otilio, Rompetechos y a veces hasta gags propios de Sacarino de 3 personajes. Ayer me compré el super humor porque pienso que valía la pena.
Me ha gustado mucho tu post, chespirot y las referencias de las viñetas son muy claras en cuanto al copia y pega de esta etapa, muy extendido en aquel momento.
Gracias por lo comentarios, amiguetes. En el fondo, no deja de ser lamentable el Corta y pega tan descarado.
- Yo tambien me he comprado el super humor de Chicha , Tato y Clodoveo , la verdad es que son unos personajes simples y muy muy carismaticos ( por lo que es una pena que Inañez no los halla vuelto a destacar) . El comic que mencionas en la entrada esta simpatico , si , recuerda gags clasicos , pero bueno , como se dice " nadie es perfecto " ... . Chespiro , ¿ es verdad que solo hay 6 comics de estos tres personajes o hay más ? ( hombre , esta bien que pongan los 6 comics , pero hubiese molado ver las portadas mas chulas del trio como ocurrio en el super humor de Sacarino). SAludos.
Hubo más historietas, Bigotito. Lo que ocurre es que solo algunas se recopilaron en formato álbum. Otras se quedaron para siempre en la Revista Guay. Estas últimas eran más negras que de costumbre.
Increible analisis. De todas formas esta muy bien que se edite nuevamente a estos personajes. Las nuevas generaciones lectoras de Mortadelo merecian tener la oportunidad de conocerlos!!A mi las primeras historietas de estos tres me gustaron en su dia, sin ser claro un experto en las historietas de Ibañez.
Jaja, y a falta de un editorial sólido de estos personajes, que sirvan estas palabrejas que aquí les dedicamos.
Comparaciones pertinentes y muy bien buscadas.
Gracias, amigo Magín.
Inquietantes comparaciones.
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