Un servidor no es, ni mucho menos, futbolero, pero parece absurdo sustraerse a un fenómeno social como el que ha desatado, particularmente, esta Eurocopa 2008. Y es que a pesar del "Podemos", del "a por ellos" y otras consignas alienantes de dudoso gusto, ni los más optimistas esperaban ver a la Selección española en la Final, con Alemania.
Pero no es esta la primera vez que ambos países se enfrentan en una final de fútbol. En el universo de Ibáñez, que es lo que aquí nos interesa, los respectivos equipos se disputaron la Final del glorioso Mundial 78. No es de extrañar que Ibáñez escogiera estas dos naciones, pues se trata de los países que mejor han acogido sus obras, lo cual los hizo merecedores del "regalo" de pugnar por el trofeo.
Pero no es esta la primera vez que ambos países se enfrentan en una final de fútbol. En el universo de Ibáñez, que es lo que aquí nos interesa, los respectivos equipos se disputaron la Final del glorioso Mundial 78. No es de extrañar que Ibáñez escogiera estas dos naciones, pues se trata de los países que mejor han acogido sus obras, lo cual los hizo merecedores del "regalo" de pugnar por el trofeo.
Un Ibáñez políticamente incorrectísimo presenta a Adolfo Suárez (se nota que estábamos en plena Transición) como representante español en el encuentro, mientras que Alemania viene encarnada por la figura de...¡Adolf Hitler!, lo cual, supongo, no haría una gracia especial a los germanos que quisieran librarse del reciente sambenito del nazismo. Ibáñez ya había tocado la fibra sensible de los teutones en este álbum con la magistral alusión al muro de Berlín en el desfile de turno, tema tabú entre los alemanes.
Tras compensar la balanza al destacar la finura y elegancia de los cantos germanos frente al pintoresco y escandaloso folklore español, el lápiz de Ibáñez culmina un álbum brillante con el partido final que enfrentará a ambas selecciones. Quedan, así, para la historia dos de los momentos más recordados de la bibliografía de Mortadelo y Filemón.
Por una parte, la magistral viñeta final de la página 42, toda una declaración de intenciones por parte de un autor que, según ha manifestado en repetidas ocasiones, odia el fútbol. Ibáñez se burla, de este modo, de los supuestos valores de fraternidad y bondad del deporte rey obsequiándonos con una media plancha antológica, brillante, cargada de humor salvaje, con un grafismo impecable y con un sentido de la composición cómica sumamente eficaz, creando así una escena inolvidable.
Como también lo es la viñeta en la que Mortadelo, único jugador sobre el terreno de juego, marca gol en propia portería dando la victoria al equipo alemán (no es por ser agorero, pero quién quita que mañana no tengamos los españoles un Mortadelo particular).
El álbum citado ha sido detalladamente analizado en su conjunto por Mortadelón en su blog-rincón en la sección de Las mejores historietas.
De la pluma de Ibáñez, Alemania volverá a llegar a la final en el Mundial 98, esta vez contra Francia, ocasión en la que el autor nos presenta un guiño que dejaremos para próximas entradas.
Sea cual sea el resultado de la final de la Eurocopa 2008, rogamos a los forofos controlen, bien su euforia, bien su tristeza.
Saludos.
5 comentarios:
Excelente entrada. En "el rincón" he tocado el tema de la final, desde otra perspectiva. Un saludo!!
La vi�eta de la masacre deber�a estar en el Museo del Prado ;)
Raudo voy a verlo, Mortadelón.
No sé si en el Museo del Prado, Don Guri, pero sí en una antología del humor hispano.
Por cierto, se me acaba de ocurrir contar cuantos jugadores hay en la vineta y me salen... lo menos 33! Y un brazo amputado! Y algunas extremidades que posiblemente sean de otros jugadores mas! Y sin contar a Filemon (a no ser que este debajo del monton!
O sea, que el virus no solo contagia a los jugadores, sino al banquillo (aunque el arbitro y los jueces de linea parecen ser inmunes).
Interesante observación. Don Guri, usted tampoco se queda atrás en lo enciclopédico,¿eh?
Eso es pregunta de Trivial mortadelero.
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