Ediciones B ha lanzado en el mes de abril el primer tomo de una nueva colección: Maestros del cómic, que parece destinada a difundir las facetas menos conocidas de importantes autores de la casa. Como era previsible, el primer tomo de la colección ha correspondido al maestro Ibáñez, concretamente a la etapa primigenia de su serie estrella: Mortadelo y Filemón, agencia de información.
En realidad, esta colección parece uno de tantos intentos de recuperación de la Bruguera más clásica que se están llevando a cabo en los últimos años. Así, tenemos la colección Super Humor Clásicos (cuyo tercer volumen está dedicado a Ibáñez), así como la imprescindible reedición de las joyas del tebeo patrio realizada por RBA y que ahora se encarga de “regalar” el diario El Mundo (aunque centrándose en la producción de Ibáñez y Escobar, especialmente). Probablemente, el interés desde distintos foros y blogs de Internet se ha demostrado hacia estas obras, haya motivado esta nueva mirada hacia nuestro pasado historietil.
El volumen que nos ocupa se presenta en tapa dura, con fino lomo negro y una mezcla de elegancia y austeridad. En la portada, observamos a los agentes de información ataviados con su indumentaria primitiva. Una breve sinopsis acompañada de una viñeta adorna la contraportada.
El prólogo viene a cargo de Antonio Guiral, últimamente prologuista de cabecera de la editorial que soporta con estoicismo la pésima maquetación que la misma hace de sus textos. En este caso, Guiral combina el ensalzamiento de la obra de Ibáñez que esperan los editores con algunas verdades descarnadas, como la tosquedad del Ibáñez inicial y la innegable influencia de Franquin que se aprecia en algunas de las páginas seleccionadas.
En realidad, esta colección parece uno de tantos intentos de recuperación de la Bruguera más clásica que se están llevando a cabo en los últimos años. Así, tenemos la colección Super Humor Clásicos (cuyo tercer volumen está dedicado a Ibáñez), así como la imprescindible reedición de las joyas del tebeo patrio realizada por RBA y que ahora se encarga de “regalar” el diario El Mundo (aunque centrándose en la producción de Ibáñez y Escobar, especialmente). Probablemente, el interés desde distintos foros y blogs de Internet se ha demostrado hacia estas obras, haya motivado esta nueva mirada hacia nuestro pasado historietil.
El volumen que nos ocupa se presenta en tapa dura, con fino lomo negro y una mezcla de elegancia y austeridad. En la portada, observamos a los agentes de información ataviados con su indumentaria primitiva. Una breve sinopsis acompañada de una viñeta adorna la contraportada.
El prólogo viene a cargo de Antonio Guiral, últimamente prologuista de cabecera de la editorial que soporta con estoicismo la pésima maquetación que la misma hace de sus textos. En este caso, Guiral combina el ensalzamiento de la obra de Ibáñez que esperan los editores con algunas verdades descarnadas, como la tosquedad del Ibáñez inicial y la innegable influencia de Franquin que se aprecia en algunas de las páginas seleccionadas.
En cuanto al contenido, resulta lamentable que no se haya incluido el número de la publicación en la que aparecieron por primera vez estas páginas, así como el año. Sin embargo, lo menos acertado resulta el desorden cronológico de las historietas, lo cual dificulta la observación rigurosa de la evolución del autor. En este sentido, destacamos los avances que, no obstante, se observan entre la tosquedad inicial a la que se refería Guiral y el estilo más cuidado, pulido y limpio (franquiniano, por supuesto) de mediados de los sesenta, en el que el trazo se vuelve más ágil y elegante y en el que se observa una mayor riqueza de perspectivas o encuadres.
Resulta difícil decir si la compra de este volumen es recomendable o no. Por supuesto, para muchos lectores supondrá una novedad ver la primera etapa de este clásico del cómic español, pues su interés histórico es indudable. No obstante, es más que probable que los auténticos aficionados y seguidores de la obra de Ibáñez, apenas encuentren una decena de historietas que no tuvieran previamente, pues algunas de estas historietas cortas aparecieron en el volumen 269 de la Colección Olé de Bruguera, “Solo se nace una vez”, dedicado al 25 aniversario de los personajes. Historietas análogas aparecen en el ya citado El F.Ibáñez más clásico y en el Super Humor 29, dedicado al 40 cumpleaños de la serie. En resumidas cuentas, y aún a riesgo de resultar perogrullescos, el volumen les aportará más o menos novedades en función del material previo que ustedes tengan.
Eso sí, si andan escasos de Mortadelos prehistóricos, no duden en adquirirlo.
8 comentarios:
Supongo que tendrá buenas ventas, porque no todo el mundo dispone de esas reliquias que citas. Lo único que es una lástima que no las hallan publicado por órden (y más teniendo en cuentas que muchos aficionados las han ordenado por internet, así que no les hubiese costado demasiado documentarse).
Saludos!
Cierto, Oscar. Han pecado de comodidad.
Lo compré el mismo día que se puso a la venta y creo que ha sido una buena adquisición. Unas historietas que hacía muchísimos años que no se habían reeditado y que son el germen de nuestros agentes.
En sus inicios, Mortadelo y Filemón no tenían expresividad ninguna, especialmente los ojos entrecerrados de Mortadelo. Pero en la década de los sesenta Ibáñez explotó toda su habilidad y destreza.
Una evolución más que notable, en pocos años.
Lo que tendrian que decidirse es a hacer de una vez una edicion cronologica con todo el material, leches ( - -)
Creo que eso no lo verán nuestros ojos, Don Guri.
Oscar habla por un servidor. Qué pena que no se editen en orden. Somos muchos los que tenemos una miscelánea tan bonita como inconexa. Lástima
Son, sin duda, unas páginas interesantes, más por su valor histórico que por su contenido.
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