En 1987 Ibáñez realiza El estropicio meteorológico, aventura de 44 páginas con la que continúa la nueva serie de historietas de su pareja estrella, aun cuando el pleito con Bruguera (ahora Ediciones B) no estuviera cerrado. Mucho se ha especulado acerca de la autoría de algunas de estas historias de 1987, con opiniones que van desde las que niegan la participación de Ibáñez hasta las que reivindican su omnipresencia en el periodo, pasando por aquellos que contemplan que el dibujante pudo intervenir en estas páginas, apoyado en un equipo de ayudantes.
El caso es que hay en durante este año, 1987, un cierto olor a "refrito" en las planchas de la recién retomada serie Mortadelo y Filemón. El estropicio meteorológico es un ejemplo de ello. La idea misma del álbum es ya un remake de la historieta corta El hombro del tiempo, con algún que otro gag tomado de otras historietas cortas. En esta ocasión nos vamos a centrar en el episodio sexto, en el que los agentes prueban la propiedad de "niebla intensa" del cacharro temporal del Bacterio.
A partir de aquí, se desarrollan los gags relacionados con la escasa visión provocada por la niebla. Es por ello que Ibáñez recurre a varios autoplagios, concretamente sacados de la historieta corta de Rompetechos Viaje en coche. En esta ocasión, la falta de agudez visual no se debe a la miopía del personaje principal, sino a las condiciones climáticas. Así, se suceden algunos gags idénticos en ambas historietas.
Por ejemplo, en la historia corta Rompetechos confunde el sombrero redondo de una señora con el semáforo en verde, chocando con un camión. Mortadelo hará lo mismo, esta vez con un farolillo de un restaurante chino. Más elaborado es el gag en el que Rompetechos confunde a un señor con el pavo navideño de un amigo, mientras que Mortadelo confunde a otro viandante con el pollo tomatero que le ha regalado su tío. La parte más brillante del chiste reside en el hecho de que la víctima de ambos gags acusa de caníbales a sus agresores justo cuando pasan por ahí dos personas de raza negra que, lógicamente, se sienten agredidas y se vengan del desgraciado transeúnte. En la versión de finales de los 80 se alude al tema del racismo, algo poco presente en la España de inicios de los 70, de la que data la historia de Rompetechos.
Por si fuera poco, el gag que remata el episodio de Mortadelo y Filemón, con el primero lanzando un ladrillo a un centinela de la guardia nacional, también está tomado de la historieta de Rompetechos, con una reproducción casi idéntica de la secuencia y (en menor medida) del diálogo.
Aunque en Ibáñez nunca han sido extrañas las " transfusiones del humor" del propio autor, el hecho de que se reproduzcan de manera encadenada estos gags de una historieta anterior (cosa que también ocurre en las aventuras de Chicha, Tato y Clodoveo de la época) nos lleva a dudar de que el guion corriera cien por cien a cargo de Ibáñez, existiendo la posibilidad de que el autor solo lo trazara de una forma muy general y que fuera concretado por un equipo de ayudantes.
Dejamos abierta la posibilidad para que opinen.
Saludos.
4 comentarios:
Yo más plantearía una crisis artística del maestro, un bajón notable tanto en guión como dibujo. Una etapa como de depresión post-parto tras haber recupetrado los drechos de sus personajkes. O intentar ahcer lo mismo que hacía Bruguera con sus negros sólo que esta vez, consentido y dirigido por él mismo.
Me parece hasta perdonable que reutilice chistes, qué le vamos a hacer. Su obra es tan extensa y los momentos de bloqueo creativo tienes que estar ahí, sin duda...
Los dibujos en este caso sí me parecen de Ibáñez con tinta, probablemente JM Muñoz...
Incluso he llegado a pensar que, el hecho de no tener que rendir cuentas ante la exigente Bruguera, tal vez hiciera que el maestro se relajara y fuera más permisivo con sus propios guiones.
Me apunto a lo comentado por Cartillero. Uno no siempre está en forma para dar lo mejor de uno mismo, y más en las circunstancias en que estuviera el maestro en aquellos tiempos.
Además, imagino que estaría presionado por un "hay que sacar algo, como sea", y en esas circunstancias, echó mano a esa "autotransfusión" de humor.
En cualquier caso, un bache, del que luego se recuperó ligeramente pero del que desgraciadamente nunca volvería a salir y recuperar el nivel anterior.
Me pregunto qué habría pasado si Ibañez no hubiera tenido ese problema con Bruguera. ¿La calidad de los Mortadelo no se habría resentido tanto y nos hubeira dado aún un buen montón de álbumes a la altura de los de la época Bruguera?
Te mentiría si dijera que yo no me he preguntado eso muchas veces, Don Guri.
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