Esta semana Dolmen ha publicado El gran Vázquez. Coge el dinero y corre, libro coordinado por Juan José Vargas en el que colaboran firmas como Miguel Fernández Soto, Miquel Esteba, Antonio Tausiet, Alfons Moliné, Enrique Martínez Fuentes... e incluso un servidor.
La obra viene a completar (y lo hace sobradamente) la recuperación que de Manuel Vázquez se ha hecho en el último año, con motivo del aniversario de su nacimiento. Películas como El gran Vázquez o libros como el de Antonio Guiral (quien también participa en la obra que nos ocupa) By Vázquez. 80 años del nacimiento de un mito, son algunos ejemplos.
Para evitar el clásico y manido recorrido cronológico por la vida y obra del autor, Vargas ha organizado su obra en bloques temáticos, contactando así con especialistas que se han encargado de temas específicos. Así, sabremos algo más de sus inicios, de sus series más efímeras, de sus grandes éxitos, de su faceta más sicalíptica... Pero...un momento...¿Este blog no iba sobre Ibáñez? ¿Hemos dado un giro después de más de cuatro años?
No, no... Porque, precisamente, el capítulo que firma el que suscribe habla de la influencia de Manuel Vázquez en la obra de Francisco Ibáñez. Influencia que el propio Ibáñez ha reconocido y que, por otra parte, resulta innegable. Así pues, si se adentran en sus páginas, observarán que el grafismo de ambos autores transcurre, hasta cierta época, de forma paralela. Verán, y esto no es irrelevante, hasta qué punto Ibáñez adquirió una serie de recursos narrativos heredados de su maestro que asumió con tal pericia que llegaron a formar parte de su sello distintivo.
Repasarán algunas series de Ibáñez que llevan la impronta del abuelito Vázquez, así como los esquemas argumentales y los recursos cómicos que el papá de Mortadelo aprendió de su modelo. Del mismo modo, observarán los arquetipos comunes a ambos dibujantes, la mayoría de ellos usados en primer lugar por Vázquez. El capítulo se cierra con una reflexión acerca de estas semejanzas y diferencias.
Pero que nadie se lleve las manos a la cabeza. También Juan José Vargas nos remonta a los orígenes del dibujante madrileño y nos desvela de qué modo bebió del humor de La Codorniz, con algún que otro paralelismo sorprendente, que demuestra que todo gran maestro ha de ser primero aventajado discípulo.
No faltan tampoco las entrevistas a personas cercanas a Vázquez, como la realizada a su hija o la que tuve el privilegio de hacerle a un amigo de este blog, Jaume Rovira, a quien agradezco una vez más su amabilidad.
En definitiva, un libro sin desperdicio que no solamente ayudará a comprender más la figura de Manuel Vázquez, sino que hará las delicias de todo aficionado al tebeo en general, y cómo no, a los numerosos seguidores de Francisco Ibáñez, pues estos últimos podrán bucear en las fuentes de las que bebió nuestro querido autor.
4 comentarios:
Un libro magnífico y unas colaboraciones tuyas fabulosas. Me ha gustado mucho cómo entrevistaste a Rovira y tu articulazo de Vázquez/Ibáñez.
Gracias, amigo. Estoy deseando leer tu parte y la del resto de compañeros. De momento, tengo el libro pero no le he hincado el diente. Pero promete tantísimoo...
Ya lo tengo en mis manos, y he leído el primer artículo
¡¡Pinta sensacional!!
Estupendo, Mortadelón. A ver qué te parece el resto.
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